20/06/2017, 15:14
(Última modificación: 29/07/2017, 02:59 por Amedama Daruu.)
Tanto Daruu como Daigo cedieron finalmente y aceptaron el reto de la muchacha, que sonreía enormemente satisfecha.
—Menos mal, todavía hay un poco de orgullo en esos corazones —dijo, canturrona—. Pronto comprobaréis que no tengo nada que envidiaros, "shi-no-bi".
De pronto su expresión cambió y abandonó la sonrisa que presentaba hace unos instantes, para mostrar en su rostro lo que parecía ser ira contenida.
¿Pero qué?...
El repentino cambio en la expresión de la chica tomó por sorpresa a Daigo, que ahora se preguntaba el porqué de todo esto.
—No obstante, las cosas o se hacen bien o no se hacen.
La chica hizo una reverencia y tomó aire, dejándolo escapar mientras recuperaba su postura y su sonrisa.
—Me llamo Kirin. ¿Vuestros nombres?
—Amedama Daruu.
—Tsukiyama Daigo, un gusto. —Se presentó con educación a la vez que efectuaba una pequeña reverencia.
La velocidad con la que parecía cambiar el estado de ánimo de la muchacha no hacía más que preocupar a Daigo. Tenía la impresión de que había algo detrás de este encuentro, quizá la chica no se les había acercado por simple orgullo, o quizá lo había hecho por algo más que orgullo. Fuese cual fuese el motivo, sabía que lo descubriría pronto.
—Menos mal, todavía hay un poco de orgullo en esos corazones —dijo, canturrona—. Pronto comprobaréis que no tengo nada que envidiaros, "shi-no-bi".
De pronto su expresión cambió y abandonó la sonrisa que presentaba hace unos instantes, para mostrar en su rostro lo que parecía ser ira contenida.
¿Pero qué?...
El repentino cambio en la expresión de la chica tomó por sorpresa a Daigo, que ahora se preguntaba el porqué de todo esto.
—No obstante, las cosas o se hacen bien o no se hacen.
La chica hizo una reverencia y tomó aire, dejándolo escapar mientras recuperaba su postura y su sonrisa.
—Me llamo Kirin. ¿Vuestros nombres?
—Amedama Daruu.
—Tsukiyama Daigo, un gusto. —Se presentó con educación a la vez que efectuaba una pequeña reverencia.
La velocidad con la que parecía cambiar el estado de ánimo de la muchacha no hacía más que preocupar a Daigo. Tenía la impresión de que había algo detrás de este encuentro, quizá la chica no se les había acercado por simple orgullo, o quizá lo había hecho por algo más que orgullo. Fuese cual fuese el motivo, sabía que lo descubriría pronto.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.