21/06/2017, 00:51
Comencé el descenso lentamente, los primeros centímetros habían transcurridos sin novedad alguna, no obstante, todo cambio unos cuantos segundos después... La sensación de vació me inundó, el hilo empezó a ceder sin ningún tipo de retraso y mi cuerpo cayó sin más, mi vago intento por mantener la estabilidad mediante el chakra moldeado en mis pies no valió para nada.
"Maldito debilucho" Pensé malhumorado, había visto venir la situación y aún así confié en él...
Miré el cielo con resignación, este se distanciaba más y más de mi, mi corazón latió rápidamente, no quería voltear porque sabía lo que vendría, mi muerte inminente o un terrible impacto, sin embargo, finalmente giré levemente mi cuerpo para ver cuanto tiempo faltaba para poner fin a mi "sufrimiento" y fue entonces cuando una enorme roca se interpuso en mi visión y lo peor fue cuando sentí su consistencia.
—Aaghh.— Me quejé justo en el momento del impacto, cerré los ojos fuertemente al sentir el golpe, el dolor se hizo intenso en instantes, por reflejo me senté y sujeté mi hombro izquierdo con la derecha, el simple hecho de colocar mi mano ahí me causaba una sensación de malestar intensa y sumado a ello taquicardia y taquipnea, todo junto enflorecía más mi situación actual.
La lluvia siguió arremetiendo contra mi sin piedad, en este momento parecía que fuese su enemigo o algo por el estilo, incluso sentir las gotas impactar contra mi cuerpo comenzaba a molestar, incluso a doler. Afortunadamente a mis cercanías estaba la dichosa planta que me había hecho pasar por esta situación.
El dolor que me aquejaba no lo haría por mucho tiempo, sobre todo porque había notado que empeoraba la sensación al movimiento, pero debía usar ambos brazos para subir y no tenía otra opción que hacer algo al respecto. Mi palma derecha empezó a emitir un resplandor intenso y blanquecino, el destello sería bastante evidente y con el pasar del tiempo se iría desvaneciendo paulatinamente.
El brillo desapareció totalmente y con el la mayoría de mis dolencias, ahora solo quedaba una inofensiva sensación de hormigueo.
Busqué con mi diestra la tijera y las bolsas plásticas donde guardaría la hierba, primeramente agarré una bolsa y la abrí, la sostuve con la siniestra, y con la derecha manejé la tijera, con el filo fue raspando las raíces que estaban adheridas a las rocas, haciendome de esta manera con la unidad completa de la planta; repetí el proceso tras llenar la primera bolsa y luego la segunda.
Guardé las hierbas en mi porta-objetos y agarré el hilo, miré a mis alrededores para ver sí había otra forma de subir de manera más fácil, mientras tanto iba halando el excedente del hilo para tensarlo.
"Maldito debilucho" Pensé malhumorado, había visto venir la situación y aún así confié en él...
Miré el cielo con resignación, este se distanciaba más y más de mi, mi corazón latió rápidamente, no quería voltear porque sabía lo que vendría, mi muerte inminente o un terrible impacto, sin embargo, finalmente giré levemente mi cuerpo para ver cuanto tiempo faltaba para poner fin a mi "sufrimiento" y fue entonces cuando una enorme roca se interpuso en mi visión y lo peor fue cuando sentí su consistencia.
—Aaghh.— Me quejé justo en el momento del impacto, cerré los ojos fuertemente al sentir el golpe, el dolor se hizo intenso en instantes, por reflejo me senté y sujeté mi hombro izquierdo con la derecha, el simple hecho de colocar mi mano ahí me causaba una sensación de malestar intensa y sumado a ello taquicardia y taquipnea, todo junto enflorecía más mi situación actual.
La lluvia siguió arremetiendo contra mi sin piedad, en este momento parecía que fuese su enemigo o algo por el estilo, incluso sentir las gotas impactar contra mi cuerpo comenzaba a molestar, incluso a doler. Afortunadamente a mis cercanías estaba la dichosa planta que me había hecho pasar por esta situación.
El dolor que me aquejaba no lo haría por mucho tiempo, sobre todo porque había notado que empeoraba la sensación al movimiento, pero debía usar ambos brazos para subir y no tenía otra opción que hacer algo al respecto. Mi palma derecha empezó a emitir un resplandor intenso y blanquecino, el destello sería bastante evidente y con el pasar del tiempo se iría desvaneciendo paulatinamente.
El brillo desapareció totalmente y con el la mayoría de mis dolencias, ahora solo quedaba una inofensiva sensación de hormigueo.
Busqué con mi diestra la tijera y las bolsas plásticas donde guardaría la hierba, primeramente agarré una bolsa y la abrí, la sostuve con la siniestra, y con la derecha manejé la tijera, con el filo fue raspando las raíces que estaban adheridas a las rocas, haciendome de esta manera con la unidad completa de la planta; repetí el proceso tras llenar la primera bolsa y luego la segunda.
Guardé las hierbas en mi porta-objetos y agarré el hilo, miré a mis alrededores para ver sí había otra forma de subir de manera más fácil, mientras tanto iba halando el excedente del hilo para tensarlo.