21/06/2017, 07:38
Estaba todavía oscuro, y como casi todos los días, Ashito se había despertado ya para iniciar su día, hacía ya un par días de su tan agotador viaje hasta el complejo preparado para los ninjas de Uzushiogakure, y ya era hora de comenzar a entrenar, no sabía cómo serían los duelos, ni que tan poderosos serían los demás genin, ni siquiera sabía cuándo o contra quien se enfrentaría, pero lo que si sabía, era que debía entrenar muy duro. En los últimos tiempos se había dado cuenta de que necesitaba desesperadamente avanzar, si bien no conocía la fuerza de los demás, si conocía lo débil que era y lo mucho que debía progresar.
Luego de arreglar su habitación y abrir las cortinas para poder observar los primeros rayos de sol colarse en la habitación, se dirigió hacia baño para tomar una gran ducha, aunque luego de estar como media hora intentando buscar la forma de hacer funcionar el agua caliente decidió rendirse y hacerlo con el agua fría, por lo que la ducha no duro mucho, ya que no quería enfermarse, al menos no por haber estado bajo el agua fría mucho tiempo.
Al salir del baño, los rayos del sol ya inundaban la habitación con un reconfortante calor que lo aliviaba de su ducha helada.
— Bien, hora de empezar el día— se vistió a paso lento, ya que no creía que hubiera muchas personas levantadas a esa hora, bueno, al menos en Uzushio, para su entrenamiento matutino las calles solían estar desiertas, por lo que al terminar, salió sin hacer demasiada bulla y descendió por las escaleras hasta el primer piso atravesando silenciosamente el piso 2.
Se iba a dirigir hacia afuera, esperando encontrar un lugar adecuado donde poder entrenar si causar molestias a nadie, después de todo si se metía en problemas o rompía algo, todo correría por su cuenta, y quien le aseguraba que no quedaría fuera del torneo, sin contar que no contaba con demasiado efectivo, sin duda alguna tendría que haber realizado más misiones.
Cuando se dispuso a comenzar a caminar, sintió una leve curiosidad al notar las escaleras que dirigían hacia la planta baja, quiso ignorarla, pero por alguna razón inexplicable termino acercándose a ellas.
Cuando pudo observar el fin de las escaleras aun desde el primer piso, escucho un leve sonido debajo— ¿Esos son pasos?— susurro para sí mismo algo confundido<< Creí que yo era el primero en levantarse >> pensó mientras sus pies comenzaron a descender por las escaleras, al tener una visión completa de la habitación, pudo ver a una joven algo baja, aunque él no era nadie para decir eso, ya que su altura tampoco era muy alta que digamos, sus rasgos eran muy delicados, nunca había visto a alguien así, o nunca había prestado demasiada atención a su alrededor, la cosa, era que el joven se quedó inmóvil, no por alguna razón en especial, sino porque no quería interrumpirla, parecía concentrada en lo que hacía, por lo que luego de unos segundos, decidió girar para volver al primer piso y continuar lo que planeaba, pero no sin antes errarle al escalón y caer de cara contra los que estaban más arriba, arrastrándose escalón por escalón hasta llegar a la planta baja.
Luego de arreglar su habitación y abrir las cortinas para poder observar los primeros rayos de sol colarse en la habitación, se dirigió hacia baño para tomar una gran ducha, aunque luego de estar como media hora intentando buscar la forma de hacer funcionar el agua caliente decidió rendirse y hacerlo con el agua fría, por lo que la ducha no duro mucho, ya que no quería enfermarse, al menos no por haber estado bajo el agua fría mucho tiempo.
Al salir del baño, los rayos del sol ya inundaban la habitación con un reconfortante calor que lo aliviaba de su ducha helada.
— Bien, hora de empezar el día— se vistió a paso lento, ya que no creía que hubiera muchas personas levantadas a esa hora, bueno, al menos en Uzushio, para su entrenamiento matutino las calles solían estar desiertas, por lo que al terminar, salió sin hacer demasiada bulla y descendió por las escaleras hasta el primer piso atravesando silenciosamente el piso 2.
Se iba a dirigir hacia afuera, esperando encontrar un lugar adecuado donde poder entrenar si causar molestias a nadie, después de todo si se metía en problemas o rompía algo, todo correría por su cuenta, y quien le aseguraba que no quedaría fuera del torneo, sin contar que no contaba con demasiado efectivo, sin duda alguna tendría que haber realizado más misiones.
Cuando se dispuso a comenzar a caminar, sintió una leve curiosidad al notar las escaleras que dirigían hacia la planta baja, quiso ignorarla, pero por alguna razón inexplicable termino acercándose a ellas.
Cuando pudo observar el fin de las escaleras aun desde el primer piso, escucho un leve sonido debajo— ¿Esos son pasos?— susurro para sí mismo algo confundido<< Creí que yo era el primero en levantarse >> pensó mientras sus pies comenzaron a descender por las escaleras, al tener una visión completa de la habitación, pudo ver a una joven algo baja, aunque él no era nadie para decir eso, ya que su altura tampoco era muy alta que digamos, sus rasgos eran muy delicados, nunca había visto a alguien así, o nunca había prestado demasiada atención a su alrededor, la cosa, era que el joven se quedó inmóvil, no por alguna razón en especial, sino porque no quería interrumpirla, parecía concentrada en lo que hacía, por lo que luego de unos segundos, decidió girar para volver al primer piso y continuar lo que planeaba, pero no sin antes errarle al escalón y caer de cara contra los que estaban más arriba, arrastrándose escalón por escalón hasta llegar a la planta baja.

- Hablo-
<<Pienso>>