26/06/2017, 23:11
(Última modificación: 29/07/2017, 02:24 por Amedama Daruu.)
—¡¿Eh?! ¿Qué? ¿Por qué yo? ¿Y si nos llevo directos a algo malo o acabamos perdidos para siempre? —protestó Ayame.
—Porque yo acabo de aportar algo. ¡Vamos! ¿No querías ser útil en las misiones? Nadie te va a juzgar si te equivocas... —Bajó la mirada—. Casi das tu propia vida para salvar la mía. Eso te honra más que cualquier cosa.
»Además, preferiría no tener que centrar mucho la mirada en las paredes. No son cegadoras para mí, pero si fijo mucho la vista se me cansan los ojos. Y preferiría no desactivar el Byakugan; si las paredes tienen chakra vete tú a saber qué otras cosas hay por aquí que sean peligrosas.
—Jo... Bueno... si tenemos que ir hacia el exterior y a nuestra espalda tenemos la sala que en teoría está en el centro... —Ayame avanzó hasta la pared de enfrente y apoyó la mano sobre ella. Se mordió el labio inferior con inseguridad. Daruu asintió, dándole ánimos, y Ayame finalmente decidió que caminarían hacia la izquierda. Los muchachos giraron a su diestra después de la primera intersección.
Ayame se detuvo en seco. Daruu paró también, a unos metros por detrás de ella.
—¿Ayame? —preguntó—. ¿Va todo bien?
—¡Oh, pero no os preocupéis, mis queridos muchachos! —volvió a resonar la voz, desde todas las direcciones—. No creáis que sería capaz de dejaros solos en una situación así sin daros siquiera una pista. ¡No, por favor, no! Es muy sencillo: cada vez que os equivoquéis de camino y os estéis dirigiendo a un callejón sin salida, una trampa mortal se activará. ¿Veis que fácil? Sólo tenéis que...
Daruu dio un respingo, y miró hacia ambos lados, pero sólo el tenue destello de las paredes respondió a su mirada.
—¿Es esa la voz de la que hablabas, Ayame? —dijo—. ¡A... Ayame!
«¡Un... un Genjutsu!»
El rostro de Ayame se parecía de pronto al de su hermano Kori, sin ningún rastro de vida en los ojos. Una corriente de chakra de otro color se entremezclaba con la suya propia en el interior de su cuerpo: signo inequívoco de que algo la estaba afectando, a todas luces una ilusión.
»No equivocaros de camino.
Daruu se puso en guardia justo a tiempo de que Ayame se le tirase encima blandiendo el kunai que llevaba escondido bajo su manga. Si su oponente no hubiera sido un Hyuuga, probablemente aquél encuentro habría durado más y hubiese sido más peligroso para él... Pero el muchacho se movió con presteza, dando un paso a la izquierda preciso y rápido en el último momento, apartando el antebrazo de Ayame con su diestra y haciendo que el cuchillo rozase las tuberías con un chirrido metálico. Giró el cuerpo en el sentido de las agujas del reloj y golpeó con la mano abierta la nuca de la muchacha, propinándole una colleja.
—¡Ayame, despierta, te han metido en un Genjutsu!
—Porque yo acabo de aportar algo. ¡Vamos! ¿No querías ser útil en las misiones? Nadie te va a juzgar si te equivocas... —Bajó la mirada—. Casi das tu propia vida para salvar la mía. Eso te honra más que cualquier cosa.
»Además, preferiría no tener que centrar mucho la mirada en las paredes. No son cegadoras para mí, pero si fijo mucho la vista se me cansan los ojos. Y preferiría no desactivar el Byakugan; si las paredes tienen chakra vete tú a saber qué otras cosas hay por aquí que sean peligrosas.
—Jo... Bueno... si tenemos que ir hacia el exterior y a nuestra espalda tenemos la sala que en teoría está en el centro... —Ayame avanzó hasta la pared de enfrente y apoyó la mano sobre ella. Se mordió el labio inferior con inseguridad. Daruu asintió, dándole ánimos, y Ayame finalmente decidió que caminarían hacia la izquierda. Los muchachos giraron a su diestra después de la primera intersección.
Ayame se detuvo en seco. Daruu paró también, a unos metros por detrás de ella.
—¿Ayame? —preguntó—. ¿Va todo bien?
—¡Oh, pero no os preocupéis, mis queridos muchachos! —volvió a resonar la voz, desde todas las direcciones—. No creáis que sería capaz de dejaros solos en una situación así sin daros siquiera una pista. ¡No, por favor, no! Es muy sencillo: cada vez que os equivoquéis de camino y os estéis dirigiendo a un callejón sin salida, una trampa mortal se activará. ¿Veis que fácil? Sólo tenéis que...
Daruu dio un respingo, y miró hacia ambos lados, pero sólo el tenue destello de las paredes respondió a su mirada.
—¿Es esa la voz de la que hablabas, Ayame? —dijo—. ¡A... Ayame!
«¡Un... un Genjutsu!»
El rostro de Ayame se parecía de pronto al de su hermano Kori, sin ningún rastro de vida en los ojos. Una corriente de chakra de otro color se entremezclaba con la suya propia en el interior de su cuerpo: signo inequívoco de que algo la estaba afectando, a todas luces una ilusión.
»No equivocaros de camino.
Daruu se puso en guardia justo a tiempo de que Ayame se le tirase encima blandiendo el kunai que llevaba escondido bajo su manga. Si su oponente no hubiera sido un Hyuuga, probablemente aquél encuentro habría durado más y hubiese sido más peligroso para él... Pero el muchacho se movió con presteza, dando un paso a la izquierda preciso y rápido en el último momento, apartando el antebrazo de Ayame con su diestra y haciendo que el cuchillo rozase las tuberías con un chirrido metálico. Giró el cuerpo en el sentido de las agujas del reloj y golpeó con la mano abierta la nuca de la muchacha, propinándole una colleja.
—¡Ayame, despierta, te han metido en un Genjutsu!
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)