La lluvia siguió su curso, de forma implacable arremetió contra mí, no pude hacer nada más que terminar mi tratamiento lo más rápido posible para luego acudir en la brevedad posible a mi compañero.
Tras recorrer las calles del pueblo llegué a la casa del cliente, ahí debía estar Mogura, mi sorpresa fue encontrarme a Manase en las afueras de la vivienda, ¿Aún no había entregado el encargo? Era una de las posibilidades...
Una vez estuve a su lado pregunté. —¿Por qué estás aquí afuera? Fue la mi primera incógnita. —¿Entregaste la Cauda draconis?— Recordé la hierba por la cual nos habían contratado.
Tras recorrer las calles del pueblo llegué a la casa del cliente, ahí debía estar Mogura, mi sorpresa fue encontrarme a Manase en las afueras de la vivienda, ¿Aún no había entregado el encargo? Era una de las posibilidades...
Una vez estuve a su lado pregunté. —¿Por qué estás aquí afuera? Fue la mi primera incógnita. —¿Entregaste la Cauda draconis?— Recordé la hierba por la cual nos habían contratado.