1/07/2015, 21:06
- No fue nada, cualquiera de por aquí habría hecho lo mismo. En estas tierras, uno termina volviéndose solidario a la fuerza. - contestó Kunie, restándole importancia al oportuno rescate.- Encantada, Yota-kun, yo me llamo Asahina Kunie.
"¿Ha dicho Uchiha? ¿Se referirá a ese legendario clan con trastornos fratricidas y poderes divinos?"
Desde luego, si realmente existía algún dios, había tenido un macabro sentido del humor a la hora de crear a los Uchiha. Kunie era aficionada a la lectura de casi cualquier tema, y sabía algo de historia. Los Uchiha habían sido un glorioso clan de la época antigua, antes de la gran guerra de los bijuus. Un linaje manchado de sangre y odio cuya gloria pasada no era ahora sino una triste sombra. Pocos clanes, por no decir ninguno, habían superado la transición que siguió al fin de la guerra con su estructura intacta. Los Uchiha hoy día eran simplemente uno más de tantos.
- Vaya, ¡Uchiha! He leído cosas sobre tu clan y la vieja sangre... - no pudo evitar estremecerse al pensar en algunas de las historias que Kisho le había contado, incluso aunque pareciesen inverosímiles.- ¿Es verdad lo de... lo de los ojos? ¡Cuéntame alguna historia Uchiha!
Inconscientemente, fijó su mirada dorada en la de Yota. Por más que intentase ahondar en aquellos dos círculos negros, no veía nada extraño ni sobrenatural. Parecían unos ojos normales, en la cara de un chico normal, con una mirada de lo más normal. ¿Qué había de cierto en las historias?
"¿Ha dicho Uchiha? ¿Se referirá a ese legendario clan con trastornos fratricidas y poderes divinos?"
Desde luego, si realmente existía algún dios, había tenido un macabro sentido del humor a la hora de crear a los Uchiha. Kunie era aficionada a la lectura de casi cualquier tema, y sabía algo de historia. Los Uchiha habían sido un glorioso clan de la época antigua, antes de la gran guerra de los bijuus. Un linaje manchado de sangre y odio cuya gloria pasada no era ahora sino una triste sombra. Pocos clanes, por no decir ninguno, habían superado la transición que siguió al fin de la guerra con su estructura intacta. Los Uchiha hoy día eran simplemente uno más de tantos.
- Vaya, ¡Uchiha! He leído cosas sobre tu clan y la vieja sangre... - no pudo evitar estremecerse al pensar en algunas de las historias que Kisho le había contado, incluso aunque pareciesen inverosímiles.- ¿Es verdad lo de... lo de los ojos? ¡Cuéntame alguna historia Uchiha!
Inconscientemente, fijó su mirada dorada en la de Yota. Por más que intentase ahondar en aquellos dos círculos negros, no veía nada extraño ni sobrenatural. Parecían unos ojos normales, en la cara de un chico normal, con una mirada de lo más normal. ¿Qué había de cierto en las historias?