29/06/2017, 03:33
Con mi espalda apuntando a los shinobis estranjeros pude escuchar sus quejas y reclamos. Solo gire la cabeza a un costado buscando el reflejo de sus ataques verbales a cuales no respondería ninguno, acelerando El Paso para marcharme más rápido.
A menos esperar, mi hermanito y yo nos encontramos de frente a otros sujetos. Estos si eran mayores y sus espadas y armas viejas y magulladas que convinan con su ropa sucia, daban la impresión de que eran bandidos. Dos sujetos que se acercaban poco a poco bromeando entre ellos y desplazando sus armas blancas. Al parecer no les importaba la bandana que llevaba representando una aldea Ninja. Ellos solo buscaban problemas y dinero.
Mi hermanito corrió tras de mí y ambos fuimos desplazándonos despacio hacia atrás. Nunca olvidando que estaban los otros dos. Entonces pienso; - ¿cómo puede ser posible que en un lugar como este nos encontremos tanta gente? - en mi mente paso que quizás esos bandidos nos hayan seguido por algun lugar de la carretera para emboscarnos en cualquier momento.
Para un ninja de cualquier nivel, estos bandidos podrían ser pan comido, pero a mí me preocupaba el hecho de que mi hermanito estaba entre nosotros, y si algo sale mal y le pasa algo entonces no me perdonaría nunca.
Aquellos dos mayores seguían riendo y burlándose de nosotros, llamándonos ninjitas en pañales y otros isultos que solo le causaba gracia a ellos. Mientras reían a carcajadas sus podridos dientes apestosos eran inevitablemente exuberantes.
A menos esperar, mi hermanito y yo nos encontramos de frente a otros sujetos. Estos si eran mayores y sus espadas y armas viejas y magulladas que convinan con su ropa sucia, daban la impresión de que eran bandidos. Dos sujetos que se acercaban poco a poco bromeando entre ellos y desplazando sus armas blancas. Al parecer no les importaba la bandana que llevaba representando una aldea Ninja. Ellos solo buscaban problemas y dinero.
Mi hermanito corrió tras de mí y ambos fuimos desplazándonos despacio hacia atrás. Nunca olvidando que estaban los otros dos. Entonces pienso; - ¿cómo puede ser posible que en un lugar como este nos encontremos tanta gente? - en mi mente paso que quizás esos bandidos nos hayan seguido por algun lugar de la carretera para emboscarnos en cualquier momento.
Para un ninja de cualquier nivel, estos bandidos podrían ser pan comido, pero a mí me preocupaba el hecho de que mi hermanito estaba entre nosotros, y si algo sale mal y le pasa algo entonces no me perdonaría nunca.
Aquellos dos mayores seguían riendo y burlándose de nosotros, llamándonos ninjitas en pañales y otros isultos que solo le causaba gracia a ellos. Mientras reían a carcajadas sus podridos dientes apestosos eran inevitablemente exuberantes.