2/07/2017, 17:36
Todo cambió en el momento en que supe que el día de mañana daría inicio a la primera ronda del torneo, me tensé un poco más de lo habitual, ¿Quién sería mi oponente? ¿De qué aldea? ¿Podría vencerle? Muchas dudas me inundaron y ninguna respuesta salía a flote; sin más opción me tocó ir a descansar.
El día esperado llegó y me encontraba antes de la hora indicada en el estadio, pero apenas unos minutos pude visualizar alguno que otro shinobi y sí, muchas personas que seguro serían los espectadores del evento. Seguí las ordenes de los organizadores, no hablar con nadie y seguir el recorrido a la habitación indicada, una vez la puerta se cerró mi organismo se alteró.
—Y ahora... A esperar aquí.— Murmuré, volteé a ver el pequeño cuarto en donde me encontraba, poca iluminación y un banco para esperar sentado, ¿qué más podía esperar? ¿Una cama? Suspiré y me puse cómodo.
”¿Cuándo será mi turno?” Pocas veces había sentido una sensación de nerviosismo, esta era una de ella, una sensación leve pero estaba seguro que en momento que tuviera que salir al combate se desvanecería. Busqué en mi portaobjetos cada una de mis herramientas e hice un pequeño inventario para pasar el tiempo y viendo que no se me olvidase nada.
En el momento menos esperado la puerta que me tenía cautivo se abrió, no tardé en salir al pasillo y caminar en dirección a la arena, la luz del exterior me inundó y mis pupilas tardaron unos segundos en adaptarse, claro ayudado por la sombra que creó mi mano en forma de protección. Miré a la multitud que estaba sentada en la gradas, mucha gente estaba ahí, caminé lentamente a la plataforma y luego vi al área en donde se encontraban los kages.
Caminé con paso firme y confianza, mirar a Yui-sama ahí me inundó de fortaleza, no tenía la intención de perder y sí lo hacía daría todo de mí, la Arashikage debía sentirse orgullosa de sus ninjas.
Una vez en el centro de la plataforma de madera esperé a mi rival, que debía estar por salir.
El día esperado llegó y me encontraba antes de la hora indicada en el estadio, pero apenas unos minutos pude visualizar alguno que otro shinobi y sí, muchas personas que seguro serían los espectadores del evento. Seguí las ordenes de los organizadores, no hablar con nadie y seguir el recorrido a la habitación indicada, una vez la puerta se cerró mi organismo se alteró.
—Y ahora... A esperar aquí.— Murmuré, volteé a ver el pequeño cuarto en donde me encontraba, poca iluminación y un banco para esperar sentado, ¿qué más podía esperar? ¿Una cama? Suspiré y me puse cómodo.
”¿Cuándo será mi turno?” Pocas veces había sentido una sensación de nerviosismo, esta era una de ella, una sensación leve pero estaba seguro que en momento que tuviera que salir al combate se desvanecería. Busqué en mi portaobjetos cada una de mis herramientas e hice un pequeño inventario para pasar el tiempo y viendo que no se me olvidase nada.
En el momento menos esperado la puerta que me tenía cautivo se abrió, no tardé en salir al pasillo y caminar en dirección a la arena, la luz del exterior me inundó y mis pupilas tardaron unos segundos en adaptarse, claro ayudado por la sombra que creó mi mano en forma de protección. Miré a la multitud que estaba sentada en la gradas, mucha gente estaba ahí, caminé lentamente a la plataforma y luego vi al área en donde se encontraban los kages.
Caminé con paso firme y confianza, mirar a Yui-sama ahí me inundó de fortaleza, no tenía la intención de perder y sí lo hacía daría todo de mí, la Arashikage debía sentirse orgullosa de sus ninjas.
Una vez en el centro de la plataforma de madera esperé a mi rival, que debía estar por salir.