5/07/2017, 00:45
Encerrado solo en espera de ser llamado para el encuentro primero. Nada más podría pasar por mi cabeza los recuerdos con mi hermanito, el porque estoy aquí.
Tanta fue la espera que los pensamientos me llevaron a un leve sueño que terminó en una profunda siesta. Arrecostado en el suelo con las manos en la nuca y los pies bien estirados y elevados, apoyados en una pared de madera.
Entonces una puerta se abrió y comenzaban a llamarme. Por cierto, estaba tendido sobre el suelo en un ambiente fresco y tranquilo por lo que se me hacía un sueño todo el alboroto de afuera.
De repente tubo que entrar en el hueco el mismo tipo que me dirigió hacia el lugar. Apenas me vió tomó un suspiro y de una patada en donde termina la espalda me levantó. Luego comenzó a reclamarme de cosas que no podía entender bien. Por supuesto que le asenté con la cabeza y me dirigí hasta donde se me había direccionado con anterioridad.
Al entrar al campo me di cuenta de sus dimensiones y al ser lo primero que había visto, entonces lo estudié. Se trataba de un campo circular de 30 metros de diámetro y a su alrededor su supuesto límite herboso. Seguí caminando en dirección al centro para encarar de frente a mi rival quien debería estar un buen rato esperando por mi. Como decía la regla, a diez metros de distancia.
Mientras caminaba, ósea antes de llegar a la posición inicial para empezar el combate, di una ojeada al público y rápidamente pude identificar a la Kage y supuse que cerca de ella estaría mi hermanito con su guardián.
A unos pasos de ya llegar a mi objetivo, observo de quien se trataba. El destino es tan curioso, las casualidades existen. Me vine a enfrentar como primer adversario al único shinobi cuál he tenido interacción desde que llegué a este lugar.
Con un saludo levantando la mano derecha, y mirándolo fijo sin escapar ningún detalle doy el último paso final para incorporarme a los 10 metros de distancia de Juro. Claro que era suficiente distancia para notar su bolsa, la que parecería una joroba en su espalda, que me había dicho que se trataba de productos de negocio de su hermana o algo así. Cosa que no le creí y justamente ahora me reafirmo porque quién llevaría una bolsa de materiales no productivos en combate a una competencia. Y a juzgar por su apariencia parece ser un conjunto de armas pesadas, pero también juzgando la apariencia física de Juro que no creo que le sea posible cargar todo esos metales, se debe tratar de algo fino y pequeño.
Al fin, nada de eso me inquietaba. Lo que me tenía loco era experienciar algo nuevo como esto, ya que nunca he estado en un combate de competencias por reglas. Asique mente abierta y positiva.
Tanta fue la espera que los pensamientos me llevaron a un leve sueño que terminó en una profunda siesta. Arrecostado en el suelo con las manos en la nuca y los pies bien estirados y elevados, apoyados en una pared de madera.
Entonces una puerta se abrió y comenzaban a llamarme. Por cierto, estaba tendido sobre el suelo en un ambiente fresco y tranquilo por lo que se me hacía un sueño todo el alboroto de afuera.
De repente tubo que entrar en el hueco el mismo tipo que me dirigió hacia el lugar. Apenas me vió tomó un suspiro y de una patada en donde termina la espalda me levantó. Luego comenzó a reclamarme de cosas que no podía entender bien. Por supuesto que le asenté con la cabeza y me dirigí hasta donde se me había direccionado con anterioridad.
Al entrar al campo me di cuenta de sus dimensiones y al ser lo primero que había visto, entonces lo estudié. Se trataba de un campo circular de 30 metros de diámetro y a su alrededor su supuesto límite herboso. Seguí caminando en dirección al centro para encarar de frente a mi rival quien debería estar un buen rato esperando por mi. Como decía la regla, a diez metros de distancia.
Mientras caminaba, ósea antes de llegar a la posición inicial para empezar el combate, di una ojeada al público y rápidamente pude identificar a la Kage y supuse que cerca de ella estaría mi hermanito con su guardián.
A unos pasos de ya llegar a mi objetivo, observo de quien se trataba. El destino es tan curioso, las casualidades existen. Me vine a enfrentar como primer adversario al único shinobi cuál he tenido interacción desde que llegué a este lugar.
Con un saludo levantando la mano derecha, y mirándolo fijo sin escapar ningún detalle doy el último paso final para incorporarme a los 10 metros de distancia de Juro. Claro que era suficiente distancia para notar su bolsa, la que parecería una joroba en su espalda, que me había dicho que se trataba de productos de negocio de su hermana o algo así. Cosa que no le creí y justamente ahora me reafirmo porque quién llevaría una bolsa de materiales no productivos en combate a una competencia. Y a juzgar por su apariencia parece ser un conjunto de armas pesadas, pero también juzgando la apariencia física de Juro que no creo que le sea posible cargar todo esos metales, se debe tratar de algo fino y pequeño.
Al fin, nada de eso me inquietaba. Lo que me tenía loco era experienciar algo nuevo como esto, ya que nunca he estado en un combate de competencias por reglas. Asique mente abierta y positiva.