5/07/2017, 03:25
La puerta de la habitación se abrió, mostrando a un pelirrojo que le invitaba a pasar antes de que la temperatura de su cuerpo disminuyese más allá de lo considerado como agradable. Con calma camino hacia el interior, mientras le era indicado el lugar en donde se encontraban sus ropas. Aquella pieza lucia bastante desordenada, tanto que tuvo hacer maromas para llegar al baño sin pisar o arrastrar nada.
Se fijo en un curioso bulto que yacía sobre la cama y que estaba cubierto por un gran edredón, que de vez en cuando se agitaba de manera graciosa.
—Ese que está durmiendo es mi hermano, lo habrás visto abajo —aseguro Keisuke.
—Claro, aquel chico que parecía estar enfermo —corroboro él.
Se tomo unos minutos para vestirse, para ajustar bien cada pliegue y asegurarse de que todo estaba en su sitio. Mientras, se tomo unos segundos para detallar que aquella habitación era considerablemente diferente a la suya, aunque seguía estando tan bien amoblada y adornada como la que dieran a él.
—¿Cómo te fue en tu aventura por el hotel? —preguntó, dejando escapar una risita, prueba de lo gracioso que le había resultado aquella jugarreta.
—Fue… interesante, pero no resulto tan emocionante como esperaba —contesto, con suma honestidad e indolencia—. Por cierto, ¿en dónde has dejado mis llaves?
Se fijo en un curioso bulto que yacía sobre la cama y que estaba cubierto por un gran edredón, que de vez en cuando se agitaba de manera graciosa.
—Ese que está durmiendo es mi hermano, lo habrás visto abajo —aseguro Keisuke.
—Claro, aquel chico que parecía estar enfermo —corroboro él.
Se tomo unos minutos para vestirse, para ajustar bien cada pliegue y asegurarse de que todo estaba en su sitio. Mientras, se tomo unos segundos para detallar que aquella habitación era considerablemente diferente a la suya, aunque seguía estando tan bien amoblada y adornada como la que dieran a él.
—¿Cómo te fue en tu aventura por el hotel? —preguntó, dejando escapar una risita, prueba de lo gracioso que le había resultado aquella jugarreta.
—Fue… interesante, pero no resulto tan emocionante como esperaba —contesto, con suma honestidad e indolencia—. Por cierto, ¿en dónde has dejado mis llaves?