6/07/2017, 04:31
—Sí, ya está mejor, pero no para de dormir... — Agreguo...
—Que mala suerte, de seguir así no podrá disfrutar del viaje —aseguro, mientras terminaba de ataviarse.
—¿No estás enojado? —pregunto con curiosidad, como esperando la ira y no la calma por parte del peliblanco.
—La verdad es que no, fue un poco vergonzoso, pero no le hizo daño a nadie —admitió, con cierto grado de indolencia—. Pero deberías tener cuidado con eso, sobre todo si estas tratando con un ninja: Conozco a un sujeto de Amegakure que te habría cortado una mano solo por una pequeña ocurrencia como esa.
Sus palabras resultaban prudentes, pues siempre hay que saber a quién se le está jugando una broma. Algunos pueden reaccionar ofendidos y violentos, mientras que otros se decantarían por una posterior venganza. En cambio, el era demasiado sereno como para alterarse por algo así, y de malicia muy corta como para planear algo como una contra jugarreta.
—Estoy seguro que están por aquí, es que me puse a buscar lo que usaré en la cena y debe haber quedado bajo alguna prenda...
—Y ahora, parece que también has perdido mis llaves, ¿no? —suspiro, como cansado, con pocas ganas de ponerse a buscar—. ¿Es que me estás jugando otra broma? Porque creo que no tiene mucho sentido, bien podría irme y pedir otro juego de llaves para mi habitación.
—Que mala suerte, de seguir así no podrá disfrutar del viaje —aseguro, mientras terminaba de ataviarse.
—¿No estás enojado? —pregunto con curiosidad, como esperando la ira y no la calma por parte del peliblanco.
—La verdad es que no, fue un poco vergonzoso, pero no le hizo daño a nadie —admitió, con cierto grado de indolencia—. Pero deberías tener cuidado con eso, sobre todo si estas tratando con un ninja: Conozco a un sujeto de Amegakure que te habría cortado una mano solo por una pequeña ocurrencia como esa.
Sus palabras resultaban prudentes, pues siempre hay que saber a quién se le está jugando una broma. Algunos pueden reaccionar ofendidos y violentos, mientras que otros se decantarían por una posterior venganza. En cambio, el era demasiado sereno como para alterarse por algo así, y de malicia muy corta como para planear algo como una contra jugarreta.
—Estoy seguro que están por aquí, es que me puse a buscar lo que usaré en la cena y debe haber quedado bajo alguna prenda...
—Y ahora, parece que también has perdido mis llaves, ¿no? —suspiro, como cansado, con pocas ganas de ponerse a buscar—. ¿Es que me estás jugando otra broma? Porque creo que no tiene mucho sentido, bien podría irme y pedir otro juego de llaves para mi habitación.