8/07/2017, 14:35
— Pues, no nos vale para nada. Al menos no a mí. Sería suficiente si hablas con tu padre e intentas convertirte en lo que tu quieras. Si hace falta entrenar en casa, pues entrena en casa.
— Coincido con mi camarada. — Afirmó mentras asentía.
—Yo conozco dos amigos tuyos que tal vez pueden ayudarte... Si se pueden despegar del piso, claro.
—Creo que ya estarán viniendo hacia aquí, vaya, no es difícil una vez pisas la técnica. — Explicó ella mientras se rascaba la nuca y soltaba una risilla nerviosa. — Uy...
Sin embargo el chico mostró una pequeña sonrisa mientras daba la vuelta a la silla, daba a un botón y pronunciaba lo siguiente:
— Bonten, Kota; si podéis, venid en cuanto podáis, por favor.
Luego apagó la maquinaria.
— Tenéis razón, hablaré con mi padre sobre lo sucedido y le explicaré los motivos del por qué me siento así. — Razonó el hijo de Yamamoto. — Ayudaré para volver a plantar sus cultivos y después a lo mejor parto a Kusa para convertirme en shinobi, o entrenaré aquí junto a Bonten y Kota... Quizá algún día nos volvamos un equipo.
Sonrió.
— Gracias, de verdad. — Hizo una reverencia. — La puerta de salida está pasando por esta puerta... Lo siento mucho, ya me encargo yo a partir de ahora.
— Coincido con mi camarada. — Afirmó mentras asentía.
—Yo conozco dos amigos tuyos que tal vez pueden ayudarte... Si se pueden despegar del piso, claro.
—Creo que ya estarán viniendo hacia aquí, vaya, no es difícil una vez pisas la técnica. — Explicó ella mientras se rascaba la nuca y soltaba una risilla nerviosa. — Uy...
Sin embargo el chico mostró una pequeña sonrisa mientras daba la vuelta a la silla, daba a un botón y pronunciaba lo siguiente:
— Bonten, Kota; si podéis, venid en cuanto podáis, por favor.
Luego apagó la maquinaria.
— Tenéis razón, hablaré con mi padre sobre lo sucedido y le explicaré los motivos del por qué me siento así. — Razonó el hijo de Yamamoto. — Ayudaré para volver a plantar sus cultivos y después a lo mejor parto a Kusa para convertirme en shinobi, o entrenaré aquí junto a Bonten y Kota... Quizá algún día nos volvamos un equipo.
Sonrió.
— Gracias, de verdad. — Hizo una reverencia. — La puerta de salida está pasando por esta puerta... Lo siento mucho, ya me encargo yo a partir de ahora.