20/07/2017, 04:18
—¡Basura! —Bramó feroz aquel ente espectral tras materializarse.
No obtuvo respuesta alguna de parte de la kunoichi.
—¡No vas a levantarte, eres una basura inútil! —Prosiguió indiferente del sufrimiento de la menor—. ¡Tendrían que haber dejado que te vendieran!
La chica a pesar de los insultos de parte de su madre seguía en el suelo, retorciéndose a causa del dolor y empapándose su propio rostro con sangre, pues aquel fuerte impacto le había roto la nariz y sangraba a montones.
—Eres una basura, no sé cómo te permiten seguir viviendo en Kusagakure… —Decía aquel ente, con expresión severa y ‘de pie’ justo delante de la convaleciente pelirroja.
El dolor que había sufrido la chica había sido inmenso, suficiente para tenerla bastante rato retorciéndose pero como todas las cosas de esa naturaleza, al final desaparece, en mayor y menor medida dependiendo los casos y esta vez no sería la excepción. Sentía los músculos agarrotados, el mundo se movía de formas extrañas tal y como había ocurrido aquella vez cuando un grandulón la zurró varias veces, en otras palabras, ya tenía experiencia viendo el piso moviéndose.
—El combate ha terminado, Ritsuko-san —dictaminó, antes de alzar el brazo y señalarla directamente con el puñal—. Ríndete y no tendremos que ir a más.
Dijo aquella kunoichi que le había roto la nariz momentos atrás.
No podía estar más de acuerdo con ella, no quería seguir con ello ya que suponía un riesgo importante a seguir recibiendo semejantes golpes… Pero había otra cosa que la molestaba aún más que eso.
Tratando de recuperar el aliento, la de Kusagakure se giró, simulando el estar lloriqueando y retorciéndose aún por el dolor que si vamos al caso, todavía lo sentía aunque no tan intensamente como antes. De esa forma, con la frente en el piso sus manos quedaron completamente ocultas bajo su cuerpo…
—Y una mierda… —Murmuró tras finalizar el quinto sello que lentamente había ido formulando para evitar movimientos exagerados de sus extremidades.
En ese preciso instante, la kunoichi se volteó tan rápido como pudo extendiendo la diestra, de la válvula presente en la palma de la mano, un líquido rojizo e incandescente salió disparado en dirección a la de Amegakure. Con un poco de suerte le daría, pero la idea principal era justamente la de obligarla a retroceder de alguna manera.
Fuese cual fuese el resultado, Ritsuko pretendía ponerse de pie, luego vería si le era más conveniente retroceder o lanzarse contra su oponente aunque luego de todo lo ocurrido, muy probablemente la mejor táctica sea la de mantenerse cercana a ella.
PV:–
CK:–
Inventario:
- Hitai-ate [Cintura]
- Shuriken x3 [Portaobjetos]
- Papa no Isan [Acoplados a los Antebrazos]
No obtuvo respuesta alguna de parte de la kunoichi.
—¡No vas a levantarte, eres una basura inútil! —Prosiguió indiferente del sufrimiento de la menor—. ¡Tendrían que haber dejado que te vendieran!
La chica a pesar de los insultos de parte de su madre seguía en el suelo, retorciéndose a causa del dolor y empapándose su propio rostro con sangre, pues aquel fuerte impacto le había roto la nariz y sangraba a montones.
—Eres una basura, no sé cómo te permiten seguir viviendo en Kusagakure… —Decía aquel ente, con expresión severa y ‘de pie’ justo delante de la convaleciente pelirroja.
El dolor que había sufrido la chica había sido inmenso, suficiente para tenerla bastante rato retorciéndose pero como todas las cosas de esa naturaleza, al final desaparece, en mayor y menor medida dependiendo los casos y esta vez no sería la excepción. Sentía los músculos agarrotados, el mundo se movía de formas extrañas tal y como había ocurrido aquella vez cuando un grandulón la zurró varias veces, en otras palabras, ya tenía experiencia viendo el piso moviéndose.
—El combate ha terminado, Ritsuko-san —dictaminó, antes de alzar el brazo y señalarla directamente con el puñal—. Ríndete y no tendremos que ir a más.
Dijo aquella kunoichi que le había roto la nariz momentos atrás.
No podía estar más de acuerdo con ella, no quería seguir con ello ya que suponía un riesgo importante a seguir recibiendo semejantes golpes… Pero había otra cosa que la molestaba aún más que eso.
Tratando de recuperar el aliento, la de Kusagakure se giró, simulando el estar lloriqueando y retorciéndose aún por el dolor que si vamos al caso, todavía lo sentía aunque no tan intensamente como antes. De esa forma, con la frente en el piso sus manos quedaron completamente ocultas bajo su cuerpo…
—Y una mierda… —Murmuró tras finalizar el quinto sello que lentamente había ido formulando para evitar movimientos exagerados de sus extremidades.
En ese preciso instante, la kunoichi se volteó tan rápido como pudo extendiendo la diestra, de la válvula presente en la palma de la mano, un líquido rojizo e incandescente salió disparado en dirección a la de Amegakure. Con un poco de suerte le daría, pero la idea principal era justamente la de obligarla a retroceder de alguna manera.
Fuese cual fuese el resultado, Ritsuko pretendía ponerse de pie, luego vería si le era más conveniente retroceder o lanzarse contra su oponente aunque luego de todo lo ocurrido, muy probablemente la mejor táctica sea la de mantenerse cercana a ella.
Estado de Ritsuko
PV:
69/130
CK:
100/100
AO: 0
–Inventario:
- Hitai-ate [Cintura]
- Shuriken x3 [Portaobjetos]
- Papa no Isan [Acoplados a los Antebrazos]