21/07/2017, 15:15
(Última modificación: 29/07/2017, 03:02 por Amedama Daruu.)
Daigo permaneció en silencio un momento. Finalmente, contestó:
—No querría pensar en algo como eso, la verdad, preferiría que no me tocase con alguien conocido, por lo menos no en la primera ronda. —admitió—. Pero si nos toca juntos, no nos contendremos...
La verdad es que para Daruu, era todo lo contrario. «Prefiero pelear con alguien con quien tengo algo de confianza. Y... siendo egoísta, por lo menos si lo conozco un poco sé que puedo esperar de él. Aunque en tu caso, Daigo, estoy en desventaja. Creo que he desvelado mucho más...»
Daruu se sobresaltó. Daigo había estirado su puño derecho hacia él. Al principio, no lo comprendió. Luego se sintió tonto y sintió un agradable calor subiéndole por el pecho. «¿Es un rival, o un amigo? Sea lo que sea, no esperaba encontrarlo en Kusagakure.»
—...¿De acuerdo?
El ameño chocó el puño con él.
—¡Por supuesto que sí! —dijo—. Si Kirin está mirando desde la grada, demostrémosle de lo que somos capaz.
»Al fin y al cabo, luchando contra ella... no nos dio tiempo.
Rio, y tomó de nuevo su refresco para darle un par de tragos bien largos.
—Aaah. —Se limpió la boca con el dorso de la mano—. No esperaba encontrar Amecola tan lejos del País de la Tormenta. ¡Qué rica está, cómo la echaba de menos!
Inspeccionó la lata girándola en la mano.
—Cuando llegué aquí, agradecí un poco de aire fresco, el sol y el silencio —explicó—. Pero en el fondo, echo de menos el bullicio de Amegakure, sobretodo el sonido de la lluvia y los truenos.
—Dime, ¿tú también echas de menos Kusagakure? ¿Cómo es?
—No querría pensar en algo como eso, la verdad, preferiría que no me tocase con alguien conocido, por lo menos no en la primera ronda. —admitió—. Pero si nos toca juntos, no nos contendremos...
La verdad es que para Daruu, era todo lo contrario. «Prefiero pelear con alguien con quien tengo algo de confianza. Y... siendo egoísta, por lo menos si lo conozco un poco sé que puedo esperar de él. Aunque en tu caso, Daigo, estoy en desventaja. Creo que he desvelado mucho más...»
Daruu se sobresaltó. Daigo había estirado su puño derecho hacia él. Al principio, no lo comprendió. Luego se sintió tonto y sintió un agradable calor subiéndole por el pecho. «¿Es un rival, o un amigo? Sea lo que sea, no esperaba encontrarlo en Kusagakure.»
—...¿De acuerdo?
El ameño chocó el puño con él.
—¡Por supuesto que sí! —dijo—. Si Kirin está mirando desde la grada, demostrémosle de lo que somos capaz.
»Al fin y al cabo, luchando contra ella... no nos dio tiempo.
Rio, y tomó de nuevo su refresco para darle un par de tragos bien largos.
—Aaah. —Se limpió la boca con el dorso de la mano—. No esperaba encontrar Amecola tan lejos del País de la Tormenta. ¡Qué rica está, cómo la echaba de menos!
Inspeccionó la lata girándola en la mano.
—Cuando llegué aquí, agradecí un poco de aire fresco, el sol y el silencio —explicó—. Pero en el fondo, echo de menos el bullicio de Amegakure, sobretodo el sonido de la lluvia y los truenos.
—Dime, ¿tú también echas de menos Kusagakure? ¿Cómo es?