26/07/2017, 00:04
(Última modificación: 29/07/2017, 02:30 por Amedama Daruu.)
Daruu tomó la mano de Ayame y tiró de ella, pero cuando la muchacha trató de levantarse aulló como si algo le hubiera desgarrado las piernas y cayó de nuevo al suelo.
—¡Ayame! ¡Ayame! ¿Qué pasa? —exclamó Daruu, asustado.
—¡AH! ¡M... Mis piernas...! ¡Arden! —chilló Ayame.
Daruu observó y suelo y se apartó, por si había alguna otra trampa mortal que pudiera sortear. Pero no había nada. Entonces, Ayame se esturó de las perneras del pantalón, y Daruu ahogó un grito, aterrorizado. Ayame perdió el conocimiento, y él casi lo perdió también pero de puro miedo. No sabía qué hacer, estaban sólos en el ascensor y ella estaba envenenada por un mordisco de unas serpientes de las que desconocían los efectos de su veneno.
«Esto es una pesadilla...»
—¡A... Ayame...! —El chico se acurrucó junto a ella y examinó con cuidado su chakra. Estaba bien. Pero... pero... Ya estaba inconsciente y...—. ¡¡Ayame, por favor, no te mueras!!
Se abrazó a ella y lloró. Lloró desconsolado. No era justo. ¡No era justo! Era una misión de rango D, se supone que aquello no debería pasar, se supone que debían estar a salvo. ¡No eran más que unos aprendices, por Amenokami!
Levantó el rostro y ahogó un grito. Depositó el cuerpo inerte de Ayame en el suelo del ascensor y se desabrochó la chaqueta. Con cuidado, enrolló los muslos de Ayame con las mangas, hizo un nudo y apretó, apretó todo lo fuerte que pudo.
«¡Ay Amenokami, por favor...! ¡No tengo ni idea de si lo que estoy haciendo tiene sentido, pero si esto impide que el veneno se expanda más...! ¡Si esto le salva la vida hasta que encuentre ayuda...!»
—¡Ayame! ¡Ayame! ¿Qué pasa? —exclamó Daruu, asustado.
—¡AH! ¡M... Mis piernas...! ¡Arden! —chilló Ayame.
Daruu observó y suelo y se apartó, por si había alguna otra trampa mortal que pudiera sortear. Pero no había nada. Entonces, Ayame se esturó de las perneras del pantalón, y Daruu ahogó un grito, aterrorizado. Ayame perdió el conocimiento, y él casi lo perdió también pero de puro miedo. No sabía qué hacer, estaban sólos en el ascensor y ella estaba envenenada por un mordisco de unas serpientes de las que desconocían los efectos de su veneno.
«Esto es una pesadilla...»
—¡A... Ayame...! —El chico se acurrucó junto a ella y examinó con cuidado su chakra. Estaba bien. Pero... pero... Ya estaba inconsciente y...—. ¡¡Ayame, por favor, no te mueras!!
Se abrazó a ella y lloró. Lloró desconsolado. No era justo. ¡No era justo! Era una misión de rango D, se supone que aquello no debería pasar, se supone que debían estar a salvo. ¡No eran más que unos aprendices, por Amenokami!
Levantó el rostro y ahogó un grito. Depositó el cuerpo inerte de Ayame en el suelo del ascensor y se desabrochó la chaqueta. Con cuidado, enrolló los muslos de Ayame con las mangas, hizo un nudo y apretó, apretó todo lo fuerte que pudo.
«¡Ay Amenokami, por favor...! ¡No tengo ni idea de si lo que estoy haciendo tiene sentido, pero si esto impide que el veneno se expanda más...! ¡Si esto le salva la vida hasta que encuentre ayuda...!»
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)