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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#50
El ruido del ascensor y la musiquita que a todas luces ahora le parecía macabra estaban desapareciendo y convirtiéndose en un murmullo al lado de su llanto y el sonido de los latidos de su corazón, que cada vez bombeaba más deprisa, más fuerte.

—¡Ayame! ¡Ayame...! ¡No es justo! —bramó al techo del ascensor, como si alguien fuera a oírle. Pronto le faltarían las fuerzas para gritar, y se centraría en sollozar en voz baja, con los ojos cerrados, esperando a la nada, esperando a nadie.

Y cuando menos te lo esperas, de un pequeño ascua pueden prenderse las llamas de la esperanza.

O ese trocito de hielo que ves en el mar pasa a ser un gran iceberg.

El Hielo estaba allí cuando las puertas del ascensor se abrieron. Y Daruu no pudo hacer otra cosa que abrazarse a sus piernas como si fuera un niño pequeño desprovisto de su madre y llorar, llorar desconsolado.

—¿Qué ha pasado? —La voz de Kori sonaba algo distinta de lo usual, pero a la vez igual que siempre. Daba un poco de miedo, porque la diferencia era muy sutil, y a la vez enorme—. Daruu-kun, ¿qué os ha pasado? ¡¿Qué le ocurre a Ayame!?

«Para de llorar. Para de llorar. ¡Aún hay esperanza! ¡Cuéntale lo del veneno, lo del veneno!»

Daruu tosió y se separó de Kori, quedando tirado en el suelo con la espalda apoyada en la pared, totalmente derrotado. Era consciente de la gravedad de la situación, pero aún así necesito unos segundos para tomar aire y poder siquiera hablar atropelladamente de lo que estaba pasando.

—A-a... Ayame está envenenada. Serpientes de agua. Azules. —dijo, tratando de dar la mejor descripción posible—. E-eso es lo importante ahora mismo, lo demás l-l-luego. Por favor. Hay que salvarla... Se muere...
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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Mensajes en este tema
RE: (D) Perdidos entre tuberías - por Amedama Daruu - 26/07/2017, 11:58


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