26/07/2017, 19:58
(Última modificación: 26/07/2017, 20:01 por Umikiba Kaido.)
Más pronto que tarde, el escualo tendría que arrepentirse de su decisión de no intervenir, y dejar que aquel hombre hiciera lo suyo con el reducido grupo de mafiosos. Porque, entre dimes y diretes; la morena de protuberantes pechos se abalanzó sobre la humareda de Skippy, y pidió, sumergida en su papel de puta inexperimentada que busca emociones juntándose con la mala calaña, dar una calada al porro.
Entre gestos sorpresivos, y miradas de autorización, se llegó a la conclusión de que...
—Esto no es normal, Titanium Haze, avisado —La morena dio el primer sorbo al cigarrillo. Tosió, y enervado; Skippy la corrigió—. Pierdes muchas cosas. Uno, dos, tres, cuatro, padentro. Aguanta. Pasa. ¡Estilo kusareño!
Esta vez tosió más fuerte, y entre lagrimales, los ojos se le pusieron vidriosos. Pero Skippy aún no había terminado de inculcarle a la mujer sobre la forma correcta de probar semejante deleite, por lo que volvió a poner el cigarro entre los carnosos labios de la mujer y la obligó, prácticamente, a repetir el proceso.
Uno, dos, tres, padentro «Estilo Kusareño» —repitió, como si aquello le resultase gracioso.
Claro que mucha gracia no le haría al de la cicatriz, cuando medio minuto después; la valiente zorra perdió la conciencia y cayó sobre su propio peso. Agobiadas, sus compañeras reaccionaron alteradas, y los guardaespaldas trataron de auxiliarla. El novio gritó, pidiendo explicaciones.
Skippy no tenía ninguna, pero no le extrañaba. Kaido tuvo que improvisar, de nuevo.
—¡Mi gente, calma, calma! esto es Titanium Haze, lo más fuerte del mercado. La muchacha no ha de pesar ni 50 kilos, es normal que no aguante! —exclamó, tratando de sonar convincente. Pero en realidad no tenía ni puta idea de lo que estaba hablando—. hay que sacarla de aquí, necesita de aire fresco. Y un buen baño con agua fría, y un kebab con mucha carne ¡vamos, vamos!
El gyojin se mantuvo, sin embargo; siempre cerca de Skippy-dono. Por si había que salir corriendo de ahí, de nuevo.
Entre gestos sorpresivos, y miradas de autorización, se llegó a la conclusión de que...
—Esto no es normal, Titanium Haze, avisado —La morena dio el primer sorbo al cigarrillo. Tosió, y enervado; Skippy la corrigió—. Pierdes muchas cosas. Uno, dos, tres, cuatro, padentro. Aguanta. Pasa. ¡Estilo kusareño!
Esta vez tosió más fuerte, y entre lagrimales, los ojos se le pusieron vidriosos. Pero Skippy aún no había terminado de inculcarle a la mujer sobre la forma correcta de probar semejante deleite, por lo que volvió a poner el cigarro entre los carnosos labios de la mujer y la obligó, prácticamente, a repetir el proceso.
Uno, dos, tres, padentro «Estilo Kusareño» —repitió, como si aquello le resultase gracioso.
Claro que mucha gracia no le haría al de la cicatriz, cuando medio minuto después; la valiente zorra perdió la conciencia y cayó sobre su propio peso. Agobiadas, sus compañeras reaccionaron alteradas, y los guardaespaldas trataron de auxiliarla. El novio gritó, pidiendo explicaciones.
Skippy no tenía ninguna, pero no le extrañaba. Kaido tuvo que improvisar, de nuevo.
—¡Mi gente, calma, calma! esto es Titanium Haze, lo más fuerte del mercado. La muchacha no ha de pesar ni 50 kilos, es normal que no aguante! —exclamó, tratando de sonar convincente. Pero en realidad no tenía ni puta idea de lo que estaba hablando—. hay que sacarla de aquí, necesita de aire fresco. Y un buen baño con agua fría, y un kebab con mucha carne ¡vamos, vamos!
El gyojin se mantuvo, sin embargo; siempre cerca de Skippy-dono. Por si había que salir corriendo de ahí, de nuevo.