27/07/2017, 00:54
La gente comenzaba a ubicarse en torno al asiento que cada quien deseaba ocupar, y Kōtetsu no daba con la persona que estaba buscando. Hasta que, llegando justo a tiempo, hizo acto de presencia Keisuke y su hermano, que ahora lucia mucho menos enfermo. Le hizo un par de discretas señas con la mano, como indicándole que podían sentarse justo donde estaban ellos, allí donde quedaban cuatro sillas sin apartar, bastante cerca del anfitrión.
El peliblanco esperaría hasta que los hermanos llegasen a su posición para poder hablarles.
—Te ves bien, Keisuke-san —reconoció, luego de darle una mirada—. Permíteme aprovechar la oportunidad para presentarte a mi acompañante.
—Miyazaki Naomi, mucho gusto —dijo la muchacha de cabellos negros, mientras hacia una leve reverencia.
Como era costumbre en la cenas con semejante nivel de alcurnia, el protocolo lo era todo. Los comensales se tomaban su tiempo para hacer presentaciónes y charlas breves, consiguiendo que el ambiente fuese más intimo y ameno.
El peliblanco esperaría hasta que los hermanos llegasen a su posición para poder hablarles.
—Te ves bien, Keisuke-san —reconoció, luego de darle una mirada—. Permíteme aprovechar la oportunidad para presentarte a mi acompañante.
—Miyazaki Naomi, mucho gusto —dijo la muchacha de cabellos negros, mientras hacia una leve reverencia.
Como era costumbre en la cenas con semejante nivel de alcurnia, el protocolo lo era todo. Los comensales se tomaban su tiempo para hacer presentaciónes y charlas breves, consiguiendo que el ambiente fuese más intimo y ameno.