1/08/2017, 19:56
Skippy miró al gennin por encima de sus gafas rectangulares, aun sin abandonar la cobertura que le proporcionaba el techado del karaoke. Fue una mirada inescrutable, misteriosa, y Kaido sintió como si le estuviese leyendo el alma. Los ojos fríos y claros de aquel personaje le mantuvieron el pulso un rato, hasta que finalmente cedió.
—Ah, bueno, está bien tío, sí, vale —dijo, restándole importancia con un gesto de su mano derecha—. Pero llevas tú, ¿eh? Yo espero aquí.
Dicho lo cual, el viejo se cruzó de brazos. Sin cerveza y sin porro Skippy parecía mucho menos amigable que antes, y por su postura corporal daba a entender que no estaba dispuesto a mojarse porque una muchacha con la tensión baja dependiese de ello.
La mentada, por su parte, fue recuperando poco a poco el equilibrio; pero, aunque mejoraba por momentos, ni de lejos parecía lo suficientemente autosuficiente como para cuidarse a sí misma. Skippy la miró de forma inquisitiva, pero siguió sin moverse del sitio.
—Ah, bueno, está bien tío, sí, vale —dijo, restándole importancia con un gesto de su mano derecha—. Pero llevas tú, ¿eh? Yo espero aquí.
Dicho lo cual, el viejo se cruzó de brazos. Sin cerveza y sin porro Skippy parecía mucho menos amigable que antes, y por su postura corporal daba a entender que no estaba dispuesto a mojarse porque una muchacha con la tensión baja dependiese de ello.
La mentada, por su parte, fue recuperando poco a poco el equilibrio; pero, aunque mejoraba por momentos, ni de lejos parecía lo suficientemente autosuficiente como para cuidarse a sí misma. Skippy la miró de forma inquisitiva, pero siguió sin moverse del sitio.