2/08/2017, 13:43
Los dos genin irrumpieron en el Edificio del Uzukage, atrayendo las miradas extrañadas y sobresaltadas de todos los chunin, jonin, civiles y otros genin que seguramente también habrían ido a pedir misiones para sus equipos. Ajenos a todo esto, los dos muchachos avanzaron hasta llegar a la recepción.
—Hallensé aquí, Furukawa Eri y Senju Nabí. De rango D es la misión que provoca nuestra unión.
Al otro lado de la mesa, un hombre que vestía el clásico chaleco ninja y al que le faltaba el brazo derecho y que llevaba la cabeza tapada con la bandana a modo de pañuelo, había levantado la mirada de sus papeles para clavarla en los dos chicos.
—¿Es que eres idiota? —le preguntó, franco y directo como un puñal.
Sin embargo, no tardó en darse la vuelta en su silla, abrir uno de los cajones con la letra D grabada en la puerta, sacar un pergamino enrollado y tendérselo a los dos genin.
—Aquí tenéis. Buena suerte, e intentad no ser tan escandalosos la próxima vez.
—Hallensé aquí, Furukawa Eri y Senju Nabí. De rango D es la misión que provoca nuestra unión.
Al otro lado de la mesa, un hombre que vestía el clásico chaleco ninja y al que le faltaba el brazo derecho y que llevaba la cabeza tapada con la bandana a modo de pañuelo, había levantado la mirada de sus papeles para clavarla en los dos chicos.
—¿Es que eres idiota? —le preguntó, franco y directo como un puñal.
Sin embargo, no tardó en darse la vuelta en su silla, abrir uno de los cajones con la letra D grabada en la puerta, sacar un pergamino enrollado y tendérselo a los dos genin.
—Aquí tenéis. Buena suerte, e intentad no ser tan escandalosos la próxima vez.