2/08/2017, 20:45
La invasión personal a la que se vio sujeto el escualo transcurrió sin que se quejase de aquel manojo de besos y caricias desmedidas que la zorra le propinaba, probablemente a modo de agradecimiento. Teniendo en cuenta que su estilo de vida no le habría enseñado otras formas de decir gracias, Kaido no iba a ser el que evitara una muestra de afecto para con su persona, desde luego; y mucho menos después de los problemas que la mujer le había dado tras su desfallecimiento en el interior del local.
Tampoco pudo evitar ponerse tan morado como una ciruela, y echarle unas buenas vistas a las tetas de la chica antes de que se fuera. Estuvo a punto de darle una nalgada mientras partía a las puertas del Karaoke, pero la mirada introspectiva de Skippy-dono le acomplejó de hacerlo.
—Ah, tío, ¡sí! Mis fans mi audiensia, seguro que pronto va a estar soñando con esa chica —le dijo a Kaido, dándole un par de codazos a lo compadre—. Pues que eres todavía muy hóven, ¿eh? ¿Cuántos años tiene?
Kaido echó a andar con él, sin preocuparse de la lluvia.
—Un ninja nunca es demasiado joven para nada, Skippy-dono. Que mañana en una misión te toca recibir la visita de la muerte, y no está bien haberse ido de éste mundo sin haber probado los placeres de una mujer, ¿no crees? —indagó, intentando sonar lo más convincente posible. Pero lo cierto es que Kaido era más virgen que el aceite de oliva más puro de Arashi no Kuni, pues su conejo aún no entraba en la madriguera—. yo tengo 15, ¿y tú?
Tampoco pudo evitar ponerse tan morado como una ciruela, y echarle unas buenas vistas a las tetas de la chica antes de que se fuera. Estuvo a punto de darle una nalgada mientras partía a las puertas del Karaoke, pero la mirada introspectiva de Skippy-dono le acomplejó de hacerlo.
—Ah, tío, ¡sí! Mis fans mi audiensia, seguro que pronto va a estar soñando con esa chica —le dijo a Kaido, dándole un par de codazos a lo compadre—. Pues que eres todavía muy hóven, ¿eh? ¿Cuántos años tiene?
Kaido echó a andar con él, sin preocuparse de la lluvia.
—Un ninja nunca es demasiado joven para nada, Skippy-dono. Que mañana en una misión te toca recibir la visita de la muerte, y no está bien haberse ido de éste mundo sin haber probado los placeres de una mujer, ¿no crees? —indagó, intentando sonar lo más convincente posible. Pero lo cierto es que Kaido era más virgen que el aceite de oliva más puro de Arashi no Kuni, pues su conejo aún no entraba en la madriguera—. yo tengo 15, ¿y tú?