7/07/2015, 15:44
Nada, que la cosa no terminaba ahí. Después de que el suelo se viniera a bajo, y de que todos deberían haber sido destruidos, volvieron a recomponerse, y planearon por el aire, para herir al chico de Kusagakure. A Juro le dió igual, con las manos aferrándose ahí, no podía salvarle, y Nabi parecía querer encargarse.
Después de una oleada de fuuton, logró derribar a los tres bichos, que se formaron en uno solo, bueno, técnicamente dos, porque tenían dos cráneos, y al parecer, dos personalidades distintas. De todas formas, era demasiado extraño el tipo de conversación que tenían. De ese tipo de conversaciones que era mejor ignorar, sino querías acabar perdiendo la cabeza.
- Y que lo digas... - Juro estaba más que cansado de que pasasen cosas extrañas, que no deberían pasar.
Le devolvió la mirada a Nabi, tratando de decirle que reaccionara, por muy gracioso que fuera el cráneo caído, lo cierto era que ahora mismo, el otro parecía tener el control, y no le gustaba mucho lo que planeaba.
Sacó dos shurikens, listo para terminar de una vez con el maldito bicho, y Yoshimitsu se le adelantó, intentando huir por las escaleras.
- ¡Ten cuidado! alcanzó a decir, casi sorprendido por su arrebato.
Si el bicho hacía algun movimiento, le lanzaría ambas armas. Una directa al craneo restante, y otra a una de las patas. A ver si así le detenía...
Después de una oleada de fuuton, logró derribar a los tres bichos, que se formaron en uno solo, bueno, técnicamente dos, porque tenían dos cráneos, y al parecer, dos personalidades distintas. De todas formas, era demasiado extraño el tipo de conversación que tenían. De ese tipo de conversaciones que era mejor ignorar, sino querías acabar perdiendo la cabeza.
- Y que lo digas... - Juro estaba más que cansado de que pasasen cosas extrañas, que no deberían pasar.
Le devolvió la mirada a Nabi, tratando de decirle que reaccionara, por muy gracioso que fuera el cráneo caído, lo cierto era que ahora mismo, el otro parecía tener el control, y no le gustaba mucho lo que planeaba.
Sacó dos shurikens, listo para terminar de una vez con el maldito bicho, y Yoshimitsu se le adelantó, intentando huir por las escaleras.
- ¡Ten cuidado! alcanzó a decir, casi sorprendido por su arrebato.
Si el bicho hacía algun movimiento, le lanzaría ambas armas. Una directa al craneo restante, y otra a una de las patas. A ver si así le detenía...