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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#2
El viaje había sido largo. Tediosamente largo. Sin embargo, perseguían un importante cometido, y como tal no hubo apenas tiempo para descansos. Desde la aldea de Kusagakure, y acompañada por Shanise y Mogura, se dirigieron hacia el suroeste durante un par de días hasta que abandonaron el País de los Bosques y entraron de nuevo en el de la Tormenta. El límite entre ambos estaba claro, aquellas nubes siempre pronosticando la tormenta eran su bandera. Y Ayame se regocijó al sentir las primeras gotas de lluvia bañando de nuevo su piel.

Estaba de nuevo en casa, y estaba de nuevo en su elemento.

Pero al mismo tiempo estaba lejos de estar en casa...

Atravesaron las extensas praderas de las Tierras de la Llovizna con la hierba de un color verde amarillento crujiendo bajo sus sandalias, hasta que llegaron a una titánica estructura que Ayame ya conocía de sobra. Y que también habían utilizado en su ida hacia Kusagakure. Sin embargo, en aquella ocasión, y tal y como había ocurrido cuando se dirigió con Daruu al Valle de los Dojos para participar en el torneo, el Túnel que les ayudaría a atravesar las Llanuras de la Tempestad estaba de nuevo averiado.

«Otra vez...» Pensó Ayame, mientras Shanise se enfrascaba en una discusión con el guardia del túnel y al mismo tiempo se comunicaba con Yui con la ayuda de los Yamanaka y aquella extraña habilidad de telepatía. Con un profundo suspiro, intercambió el peso de una pierna a otra con impaciencia. Y es que, en aquella ocasión, aquella avería era incluso más molesta que las anteriores veces. Tenían prisa. Estaban en una importante misión. ¡Tan importante que incluso el mundo dependía de su conclusión! ¡Y el rodeo que habían dado para llegar a la Ciudad Fantasma en tal de que el Túnel les ahorrara varias horas de viaje no había servido de nada!

—Vamos chicos. Con cinta transportadora o sin ella, tenemos trabajo que hacer —concluyó Shanise, antes de internarse en el túnel y echar a correr entre ambas cintas transportadoras.

Ayame, algo jadeante por el cansancio, le seguía los pies tan rápido como era capaz.

—No caminéis por las cintas —advirtió, aunque a Ayame no le hizo falta aquella advertencia—. Tienden a arreglarlas cuando menos te lo esperas y... ¡Fiuum!

—Sí... ya lo he experimentado en mis propias carnes —se rio, al recordar la experiencia. Pero entonces se puso seria y la miró dubitativa—. Oye, Shanise-san... ¿Qué es eso del chakra natural?

¿Sería algún tipo de chakra que les explicaron en la Academia y que ella ya había olvidado? Tenía miedo de haber hecho una pregunta completamente estúpida y que, en teoría, ya debería conocer su respuesta. ¿Y si la volvían a degradar a estudiante por ello o no la dejaban presentarse al examen de chunin? ¿Y si se arrepentían de haberla traído a la misión?

«Idiota, sólo te han traído por los Hōzuki.» Se recordó, con pesar.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

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RE: (S) Los hilos del mundo: tercer hilo - por Aotsuki Ayame - 6/08/2017, 14:05


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