8/08/2017, 00:07
(Última modificación: 8/08/2017, 00:09 por Sasagani Yota.)
Tras el lanzamiento de aquella última técnica, el Gian, aquella lanza eléctrica, empecé a marearme. Pude sentir vagamente los aplausos de la gente pues se había acumulado mucha tensión dentro y fuera de aquel tatami de madera y explotó con aquel colofón final.
Los mareos fueron a más hasta el punto que prácticamente tenía la vista nublada. Apenas sentía la sangre de mi cuello tal y como la sentía previamente y escuchaba un murmullo por el ambiente. No, no era el público. Era distinto...
— Estoy orgulloso de ti...
...Luchaste con valentía y recibiste tu recompensa...
...Te has convertido en un gran Sasagani, Yotita
Qué cojones. Reconocería aquella voz aún estando en el más lamentable de los recuerdos. Pero era imposible que fuera real.
— ¡¿Papá?! — grité jodidamente sorprendido cuando empezaba a sentir como el cuerpo de Keisuke se deslizaba para acabar cayendo el suelo inerte aunque con vida.
Mire a lado y lado, nervioso, completamente agitado. No había rastro de la melena rubia de papá, su voz ya no la oía. os médicos accedieron al terreno de combate, atendiendo primero al ninja inconsciente, después a mi y a mis heridas. Pronto me subieron a una camilla ya sin saber qué diantres había pasado con el cuerpo del pelirrojo de Amegakure.
— ¡No! ¡Esperad! — gritaba enfurecido — ¡Papá! ¿Donde estás?
— Está delirando, quizás sea por el chakra. Ha perdido demasiado
— ¡Y una mierda! Le he oído, ¿Vale? ¡¿Me habéis puto entendido, joder?!
Lo que más rabia me daba era no poder oírle de nuevo. Ni siquiera haberle visto pero... su voz me reconforto y sus palabras me animaron en gran medida. Aunque... ¿Y si realmente se me había ido la olla?
— Descansa, chaval. Necesitarás esas fuerzas para la siguiente ronda
Por momentos iba recuperando la visión...
Los mareos fueron a más hasta el punto que prácticamente tenía la vista nublada. Apenas sentía la sangre de mi cuello tal y como la sentía previamente y escuchaba un murmullo por el ambiente. No, no era el público. Era distinto...
— Estoy orgulloso de ti...
...Luchaste con valentía y recibiste tu recompensa...
...Te has convertido en un gran Sasagani, Yotita
Qué cojones. Reconocería aquella voz aún estando en el más lamentable de los recuerdos. Pero era imposible que fuera real.
— ¡¿Papá?! — grité jodidamente sorprendido cuando empezaba a sentir como el cuerpo de Keisuke se deslizaba para acabar cayendo el suelo inerte aunque con vida.
Mire a lado y lado, nervioso, completamente agitado. No había rastro de la melena rubia de papá, su voz ya no la oía. os médicos accedieron al terreno de combate, atendiendo primero al ninja inconsciente, después a mi y a mis heridas. Pronto me subieron a una camilla ya sin saber qué diantres había pasado con el cuerpo del pelirrojo de Amegakure.
— ¡No! ¡Esperad! — gritaba enfurecido — ¡Papá! ¿Donde estás?
— Está delirando, quizás sea por el chakra. Ha perdido demasiado
— ¡Y una mierda! Le he oído, ¿Vale? ¡¿Me habéis puto entendido, joder?!
Lo que más rabia me daba era no poder oírle de nuevo. Ni siquiera haberle visto pero... su voz me reconforto y sus palabras me animaron en gran medida. Aunque... ¿Y si realmente se me había ido la olla?
— Descansa, chaval. Necesitarás esas fuerzas para la siguiente ronda
Por momentos iba recuperando la visión...
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