8/07/2015, 17:35
Como era de esperar, el intento de pensar de Eri no fue muy bien, ya que su compañero pelirrojo la tuvo que corregir sobre sus conocimientos de la aldea asediada, que al parecer no era pequeña como ella había imaginado. Luego a medida que la lluvia caía, su conversación avanzaba.
Entonces Yoshi volvió a hablar, y por su modo de decirlo, serio, hizo que la piel de Eri se erizase, ¿dispuesta a matar? Pero si la peliazul odiaba la violencia a más no poder, ¿como era posible que fuera capaz de eso? Está bien, ella era una kunoichi, y supo desde el primer momento que si entrenaba para ser una, tenía que enfrentarse a todo tipo de problemas, incluso los relacionados con peleas, e, incluso, la muerte. ¿Lo haría entonces? Claro que lo haría, era una kunoichi y ese era su deber, proteger a los demás y acabar con los problemas, ya sean los de su villa, su país, o del mundo entero.
-Puede que las personas por poder, pueden hacer locuras inpensables, pero estoy dispuesta a todo si tengo que proteger este mundo, y soportar lo que venga, popu.- Dijo lo más decidida posible, y luego le dedicó una mirada sincera, como para que viese que iba en serio.
Sin embargo... La joven era una inexperta en ese tipo de cosas, ya que no se había enfrentado a problemas así en su vida.
Yoshi había comenzado a seguir el camino que habían dejado los árboles talados, que cada vez se hacía más grande el número de tocones con los que se encontraban. Al parecer, como había explicado el shinobi, estaban utilizando la madera para fabricar armas de asedio y tomar la aldea, pero el pelirrojo afirmó que de eso se encargaba él. ¿Qué haría?
Tras andar unos cuantos pasos más bajo la lluvia siguiendo el rastro de los tocones, se encontraron con un claro donde se encontraban un gran número de tiendas de campaña junto a unas ballestas de asedio con un tamaño bastante considerable. Más allá del claro se podía divisar la aldea, así que todavía estaban a tiempo de pararles los pies a los golpistas.
''Pero... ¿Utilizarán esas armas para hacerse con la aldea? ¿Qué clase de mentes existen en este mundo?'' Eri no estaba acostumbrada a ver tales cosas, y su rostro solo reflejaba un sentimiento de asombro hacia tales cosas. No se esperaba algo así, pero luego tragó la poca saliva que tenía y miró a Yoshi de nuevo, éste le acababa de decir susurrando que se encargaría de las armas.
''¿Podrías cubrirme las espaldas?'' Le había preguntado, y ahí es cuando intentó por todos los medios no ponerse nerviosa.
-Claro, tu haz tu trabajo, yo te ayudaré desde aquí.- Tenía que demostrar que valía, y cubrir a su compañero para llevar a cabo la misión con éxito. Así que cuando este se fue para iniciar su cometido, ella se quedó cerca de él, pero a una distancia prudente, sin perder de vista el campamento. La lluvia podía impedir bastante la vista, pero ella divisaba perfectamente las diferentes tiendas. Había un total de dos personas fuera de sus tiendas, a su izquierda, sin embargo las armas estaban a su derecha. Para Yoshi sería fácil destruirlas solo con dos golpistas fuera de sus tiendas, además de su alcance, pero... ¿Dónde estaría el jefe?
-Vaya, ¿a quién tenemos aquí? - Una voz habló detrás de la pequeña kunoichi, y entonces un miedo se instauró en su cuerpo.
Entonces Yoshi volvió a hablar, y por su modo de decirlo, serio, hizo que la piel de Eri se erizase, ¿dispuesta a matar? Pero si la peliazul odiaba la violencia a más no poder, ¿como era posible que fuera capaz de eso? Está bien, ella era una kunoichi, y supo desde el primer momento que si entrenaba para ser una, tenía que enfrentarse a todo tipo de problemas, incluso los relacionados con peleas, e, incluso, la muerte. ¿Lo haría entonces? Claro que lo haría, era una kunoichi y ese era su deber, proteger a los demás y acabar con los problemas, ya sean los de su villa, su país, o del mundo entero.
-Puede que las personas por poder, pueden hacer locuras inpensables, pero estoy dispuesta a todo si tengo que proteger este mundo, y soportar lo que venga, popu.- Dijo lo más decidida posible, y luego le dedicó una mirada sincera, como para que viese que iba en serio.
Sin embargo... La joven era una inexperta en ese tipo de cosas, ya que no se había enfrentado a problemas así en su vida.
Yoshi había comenzado a seguir el camino que habían dejado los árboles talados, que cada vez se hacía más grande el número de tocones con los que se encontraban. Al parecer, como había explicado el shinobi, estaban utilizando la madera para fabricar armas de asedio y tomar la aldea, pero el pelirrojo afirmó que de eso se encargaba él. ¿Qué haría?
Tras andar unos cuantos pasos más bajo la lluvia siguiendo el rastro de los tocones, se encontraron con un claro donde se encontraban un gran número de tiendas de campaña junto a unas ballestas de asedio con un tamaño bastante considerable. Más allá del claro se podía divisar la aldea, así que todavía estaban a tiempo de pararles los pies a los golpistas.
''Pero... ¿Utilizarán esas armas para hacerse con la aldea? ¿Qué clase de mentes existen en este mundo?'' Eri no estaba acostumbrada a ver tales cosas, y su rostro solo reflejaba un sentimiento de asombro hacia tales cosas. No se esperaba algo así, pero luego tragó la poca saliva que tenía y miró a Yoshi de nuevo, éste le acababa de decir susurrando que se encargaría de las armas.
''¿Podrías cubrirme las espaldas?'' Le había preguntado, y ahí es cuando intentó por todos los medios no ponerse nerviosa.
-Claro, tu haz tu trabajo, yo te ayudaré desde aquí.- Tenía que demostrar que valía, y cubrir a su compañero para llevar a cabo la misión con éxito. Así que cuando este se fue para iniciar su cometido, ella se quedó cerca de él, pero a una distancia prudente, sin perder de vista el campamento. La lluvia podía impedir bastante la vista, pero ella divisaba perfectamente las diferentes tiendas. Había un total de dos personas fuera de sus tiendas, a su izquierda, sin embargo las armas estaban a su derecha. Para Yoshi sería fácil destruirlas solo con dos golpistas fuera de sus tiendas, además de su alcance, pero... ¿Dónde estaría el jefe?
-Vaya, ¿a quién tenemos aquí? - Una voz habló detrás de la pequeña kunoichi, y entonces un miedo se instauró en su cuerpo.