9/08/2017, 20:22
Las cuestas eran como las escaleras que te llevan al cielo cuando te mueres, un arduo camino para un precioso final. La opulencia de aquellas latitudes reblandecía mi corazón y llenaba de entusiasmo mi joven alma. Oh, el sonido de los pavos reales pavoneandose realmente de su riqueza y su buena vida, casi podía verme a mi mismo rodeado de pavos y de niños igual de pavos que los pavos con Eri haciendo unas ricas lonchas de bacon y metiendoselas por el culo a un pollo horneado a la perfección en una deliciosa salsa.
—¿Buscáis a alguien, niños?
Entre que volvía a la realidad e intentaba que no se me cayera la baba de mis pensamientos Eri ya había contestado.
—Buenos días, señor; buscamos la casa de la señora Kanari Hanako-san, ¿sabe dónde encontrarla? —
— Buenos días y lo que ha dicho ella. Venimos por la misión.
Dije gestualizando para que le hicieran caso a Eri-hime y señalando mi bandana para acabar de aclararlo todo.
—¿Buscáis a alguien, niños?
Entre que volvía a la realidad e intentaba que no se me cayera la baba de mis pensamientos Eri ya había contestado.
—Buenos días, señor; buscamos la casa de la señora Kanari Hanako-san, ¿sabe dónde encontrarla? —
— Buenos días y lo que ha dicho ella. Venimos por la misión.
Dije gestualizando para que le hicieran caso a Eri-hime y señalando mi bandana para acabar de aclararlo todo.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)