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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Tras la finalización del combate con Keisuke hasta el momento viví momentos tanto de alta intensidad como aburridos. Empezando por aquella ¿Visión? de mi padre o lo que fuera aquello, pasando por días en los que los médicos del hospital no me dejaban ni respirar. Los hubiese mandado a la mierda un rato, ¡qué manera de marear a la gente, joder! Y luego estaban los días que pasaba solo en aquella cama con olor a desinfectante en plena soledad. Puf, vaya mierda, desde luego. Pero mis días de tormento habían acabado, a expensas de lo que pudiese ocurrir en mi combate de segunda ronda, claro.

— Ahí tienes el alta, ten cuidado en la segunda ronda, Yota — dijo el médico que llevaba mi evolución

— ¡Al fin libre! Por lo menos tendré unos días para entrenar...

— Ten cuidado, Yota. Te estoy dando el alta pero no estás al 100%. Procura no forzarte demasiado, ¿Vale?

— Sí, sí, lo que tu digas

Me faltaron piernas para abandonar aquel lugar y sumergirme entre la multitud en las calles de Sendoshi. Hice una larga bocanada de aire y la fui soltando poco a poco. Aire puro y fresco, la brisa acariciando mis mejillas... Volvía a sentirme tan vivo como de costumbre pero debía darle la razón al medicucho ese. Aunque podía hacer vida normal no me encontraba físicamente al 100%. Quizás fue el hecho de estar estirado en una maldita cama durante las 24 horas del día durante varios días. Sí, tenía que ser eso.

La cuestión ahora era... qué hacer.
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Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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Mensajes en este tema
Podría pasar de todo, ¿no? - por Sasagani Yota - 10/08/2017, 18:13


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