10/08/2017, 23:01
Y el moreno terminó por aclarar su posición, un simple guerrero que al parecer no destacaba mucho, en sí mató la poca fantasía que en su momento tuve al pensar que era algún personaje importante, al parecer no podría sacar nada fructífero de su actual situación...
—Supongo que tendremos que imitarlos entonces...— Dijo sin más, después de todo nuestro nuevo compañero no había aclarado mucho en sí.
Por mi parte simplemente suspiré asentí, no estaba muy seguro de mi mismo en ese justo momento después de todo. Y fue casi un consejo a último minuto ya que Sarutobi no tardó en manifestarse, tras tan solo unas escasas palabras el mesón empezó a llenarse de comida, botellas, bandejas y un montón de cosas más, parecía una lluvia pasajera que dejó como resultado que no cupiera nada más en el comedor.
Miré curioso a lo largo del mantel para asegurarme que todos tenían su plato en frente, ciertamente era así, aquello demostró una vez más le gran calidad que manejaba ese hotel, así como habían venido se marcharon y todo con pulcritud y un perfecto orden. El aire se llenó de múltiples aromas que abrieron mi apetito, había mucho que elegir y mi indecisión me atacó.
Hazegawa había agarrado en un abrir y cerrar de ojos unos cortes de carnes que acompañó con vegetales y una copa de lo que asumí sería vino. Naomi y su acompañante también tenían comida en sus platos, el único que al parecer estaba vacío era el mío... Tras pensar unos segundos más y poner un poco de orden tomé un plato hondo que tenía una cálida crema para la entrada, luego puré de papa, carne y vegetales, como mi hermano. Fui comiendo con calma y a la final terminé obviando la idea de seguir los mismos movimientos de las personas a mi izquierda, el chico y su guardián...
—Exquisita.— Transmití una vez terminé el último bocado y limpiaba mi boca con la servilleta de la mejor forma que pensé, a lo que el ojiblanco terminó imitándome.
Pero el banquete no acababa ahí, unos minutos después los platos fueron cambiados por bandejas con múltiples postres, no pude evitar mirar nuevamente a mi lado y recordé algo cuando el peliblanco empezaba a comer las piezas de chocolate. —Y yo que pensé que ibas a comr un poco de helado...— Agregué para ver sí él caía en cuenta.
Mi tercer platillo se llenó con un pedazo de brownie que se acompaño de algunas bolas de helado de mantecado y fresa; mi hermano prefirió un pedazo de pie de manzana y poco más...
—Oi.. oi.. Yo no puedo más.— Se escurrió un poco en la silla perdiendo la poca elegancia que tenía y empezó a sobar su panza.
Aunque me sentía igual de lleno que él no dejaría nada en el plato así que hice un último esfuerzo por terminar el último bocado del postre, y luego llené un vaso de cristal con un poco de agua para ir bebiendo lentamente. —Terminaría engordando irremediablemente sí comiera así todos los días jeje.—
—Muy lindo sí, pero yo me voy a dormir.— Reclinó sin pensarlo dos veces la oferta de nativo del espiral, luego se puso de pie lentamente y fue caminando poco a poco hasta que salió de escena.
—Ha de sentirse un poco mal todavía...— Trate de excusarlo de alguna manera. —Yo tampoco tengo sueño aún, y bueno la historia del trineo fue bastante interesante sí...— Di un breve sorbo de agua y recordé lo aquello sobrenatural que se escondió en las llanuras hace años. —Veamos que tiene el anfitrión para nosotros.— Me puse de pie igual de lento, sentía que el estómago me iba a estallar, sí comía más podría vomitar en cualquier momento.
—Supongo que tendremos que imitarlos entonces...— Dijo sin más, después de todo nuestro nuevo compañero no había aclarado mucho en sí.
Por mi parte simplemente suspiré asentí, no estaba muy seguro de mi mismo en ese justo momento después de todo. Y fue casi un consejo a último minuto ya que Sarutobi no tardó en manifestarse, tras tan solo unas escasas palabras el mesón empezó a llenarse de comida, botellas, bandejas y un montón de cosas más, parecía una lluvia pasajera que dejó como resultado que no cupiera nada más en el comedor.
Miré curioso a lo largo del mantel para asegurarme que todos tenían su plato en frente, ciertamente era así, aquello demostró una vez más le gran calidad que manejaba ese hotel, así como habían venido se marcharon y todo con pulcritud y un perfecto orden. El aire se llenó de múltiples aromas que abrieron mi apetito, había mucho que elegir y mi indecisión me atacó.
Hazegawa había agarrado en un abrir y cerrar de ojos unos cortes de carnes que acompañó con vegetales y una copa de lo que asumí sería vino. Naomi y su acompañante también tenían comida en sus platos, el único que al parecer estaba vacío era el mío... Tras pensar unos segundos más y poner un poco de orden tomé un plato hondo que tenía una cálida crema para la entrada, luego puré de papa, carne y vegetales, como mi hermano. Fui comiendo con calma y a la final terminé obviando la idea de seguir los mismos movimientos de las personas a mi izquierda, el chico y su guardián...
—Exquisita.— Transmití una vez terminé el último bocado y limpiaba mi boca con la servilleta de la mejor forma que pensé, a lo que el ojiblanco terminó imitándome.
Pero el banquete no acababa ahí, unos minutos después los platos fueron cambiados por bandejas con múltiples postres, no pude evitar mirar nuevamente a mi lado y recordé algo cuando el peliblanco empezaba a comer las piezas de chocolate. —Y yo que pensé que ibas a comr un poco de helado...— Agregué para ver sí él caía en cuenta.
Mi tercer platillo se llenó con un pedazo de brownie que se acompaño de algunas bolas de helado de mantecado y fresa; mi hermano prefirió un pedazo de pie de manzana y poco más...
—Oi.. oi.. Yo no puedo más.— Se escurrió un poco en la silla perdiendo la poca elegancia que tenía y empezó a sobar su panza.
Aunque me sentía igual de lleno que él no dejaría nada en el plato así que hice un último esfuerzo por terminar el último bocado del postre, y luego llené un vaso de cristal con un poco de agua para ir bebiendo lentamente. —Terminaría engordando irremediablemente sí comiera así todos los días jeje.—
—Muy lindo sí, pero yo me voy a dormir.— Reclinó sin pensarlo dos veces la oferta de nativo del espiral, luego se puso de pie lentamente y fue caminando poco a poco hasta que salió de escena.
—Ha de sentirse un poco mal todavía...— Trate de excusarlo de alguna manera. —Yo tampoco tengo sueño aún, y bueno la historia del trineo fue bastante interesante sí...— Di un breve sorbo de agua y recordé lo aquello sobrenatural que se escondió en las llanuras hace años. —Veamos que tiene el anfitrión para nosotros.— Me puse de pie igual de lento, sentía que el estómago me iba a estallar, sí comía más podría vomitar en cualquier momento.