12/08/2017, 01:14
Aquel día su despertar fue un poco fuera de lo habitual. Tras higienizarse y tomar su típico desayuno, que simplemente consistía en un té y en algunas ocasiones algo ligero para comer, se dio cuenta que cerca de la puerta había un pequeño cuadrado de papel. Y es que por la noche, seguramente, se le había ese sobre por debajo de la puerta. Un sobre blanco como la nieve, sin manchas y con dos palabras escritas en el el: Habaki Karamaru.
En su interior una muy breve solicitud de su presencia, sin explicación alguna. Se lo requería ese mismo día en el edificio de la Arashikage por una misión conjunta que se iba a llevar a cabo. Tres miembros serían los integrantes de aquel equipo, aunque de nombres desconocidos.
La emoción del monje era evidente en su cara, se habían fijado en su perfil específicamente para una misión. No era relevante la importancia de la misma, pero al fin parecía que su nombre comenzaba a sonar donde debía.
«Solo te pido una cosa Karamaru...» se frenó frente a la puerta antes de salir corriendo. Al parecer no se olvidaba nada, pero un último chequeo no molestaba nadie.
... no cagarla. Esta es mi oportunidad.
Y así se dio a la fuga de su casa, sobre en mano, hasta llegar al interior de aquel edificio que ya había visitado varias veces. No reparo en nadie más, en nada más. Desde su departamento en lo alto de uno de los edificios urbanos, hasta atraversar aquel umbral, sus piernas no pararon de correr, su mirada no salió del frente, y su cabeza no dejaba de pensar en una cosa:
«Rápido, rápido, rápido, rápido...»
Tenía que correr para entregar el sobre que le habían mandado, tenía que recibir la misión..... rápido.
En su interior una muy breve solicitud de su presencia, sin explicación alguna. Se lo requería ese mismo día en el edificio de la Arashikage por una misión conjunta que se iba a llevar a cabo. Tres miembros serían los integrantes de aquel equipo, aunque de nombres desconocidos.
La emoción del monje era evidente en su cara, se habían fijado en su perfil específicamente para una misión. No era relevante la importancia de la misma, pero al fin parecía que su nombre comenzaba a sonar donde debía.
«Solo te pido una cosa Karamaru...» se frenó frente a la puerta antes de salir corriendo. Al parecer no se olvidaba nada, pero un último chequeo no molestaba nadie.
... no cagarla. Esta es mi oportunidad.
Y así se dio a la fuga de su casa, sobre en mano, hasta llegar al interior de aquel edificio que ya había visitado varias veces. No reparo en nadie más, en nada más. Desde su departamento en lo alto de uno de los edificios urbanos, hasta atraversar aquel umbral, sus piernas no pararon de correr, su mirada no salió del frente, y su cabeza no dejaba de pensar en una cosa:
«Rápido, rápido, rápido, rápido...»
Tenía que correr para entregar el sobre que le habían mandado, tenía que recibir la misión..... rápido.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘