12/08/2017, 18:19
Yota respondió asegurando que había tenido algo de suerte, y Daruu se tuvo que conformar con eso, aunque desde luego sintió curiosidad por la historia entera. Después pasó a describir a un shinobi de su villa, contra el que él había luchado en el Tor...
...¡el Torneo! Claro, ¡ahora lo recordaba! Yota había estado allí fuera, antes de que los metieran a todos en aquellas estrechísimas habitaciones, pero entonces había estado tan nervioso que no se había fijado en él. Bueno, más bien, le había sonado de algo pero no había empleado las energías en desgranar su memoria.
—Probablemente estás hablando de Keisuke —dijo, mientras le estrechaba la mano a Yota—. La verdad, a mi me parece un gilipollas, por lo poco que hemos hablado. Y su hermano, otro peor. Qué ascazo me dan.
Recordó el breve encontronazo que había tenido con ellos, en Amegakure. Una parte de él quería encontrárselo para darle una paliza, pero al contrario de con gente como Akame, no se trataba de rivalidad, sino de desprecio. De modo que había otra parte más grande que no quería volver a verle la cara.
Yota dijo que era un placer encontrarle de nuevo, a lo que Daruu contestó con una queda reverencia. Luego, habló sobre el contrincante del amejin en las contiendas.
—Sí, Daigo-san es genial, la verdad. Casi me gana, mira cómo me dejó el cabrón —rio, levantándose la camiseta y enseñando las vendas del abdomen—. Menos mal que to uso un Taijutsu más peculiar todavía.
Se rascó la nuca.
—Y bueno, ¿ibas a algún lado? ¿Tienes algo que hacer?
...¡el Torneo! Claro, ¡ahora lo recordaba! Yota había estado allí fuera, antes de que los metieran a todos en aquellas estrechísimas habitaciones, pero entonces había estado tan nervioso que no se había fijado en él. Bueno, más bien, le había sonado de algo pero no había empleado las energías en desgranar su memoria.
—Probablemente estás hablando de Keisuke —dijo, mientras le estrechaba la mano a Yota—. La verdad, a mi me parece un gilipollas, por lo poco que hemos hablado. Y su hermano, otro peor. Qué ascazo me dan.
Recordó el breve encontronazo que había tenido con ellos, en Amegakure. Una parte de él quería encontrárselo para darle una paliza, pero al contrario de con gente como Akame, no se trataba de rivalidad, sino de desprecio. De modo que había otra parte más grande que no quería volver a verle la cara.
Yota dijo que era un placer encontrarle de nuevo, a lo que Daruu contestó con una queda reverencia. Luego, habló sobre el contrincante del amejin en las contiendas.
—Sí, Daigo-san es genial, la verdad. Casi me gana, mira cómo me dejó el cabrón —rio, levantándose la camiseta y enseñando las vendas del abdomen—. Menos mal que to uso un Taijutsu más peculiar todavía.
Se rascó la nuca.
—Y bueno, ¿ibas a algún lado? ¿Tienes algo que hacer?