13/08/2017, 21:11
Ni Daruu ni Yota tenían idea alguna de dónde encontrar a algún vidente, loco con bolas de cristal, lector de cartas de tarot o cualquier otro sacacuartos de tres al cuarto y la verdad, a Daruu ni siquiera le importaba, tan sólo estaba haciendo aquello por Yota. El muchacho de la coleta tomó marcha por la calle de la derecha, así que Daruu caminó junto a él.
—Lo mejor será que nos pongamos a pasear para ver si vemos algo que nos pueda ser de ayuda —había dicho Yota.
«Sí, desde luego. Puede que recorramos tres veces Sendoshi antes de que la encontremos, eso sí te lo digo.»
¡Pero bueno, parece ser que no fue así! Encontraron un lugar en un callejón apartado. Estaba decorado con musgo, setas y demás atrezzo de bosque encantado, y en la puerta el cartel rezaba:
—Igual este sitio puede sernos de ayuda, ¿no? —dijo Yota.
—No sé, tío —contestó Daruu—. Ya te he dicho que no confío mucho en estas cosas. ¿Me dejas echar un vistazo por dentro antes?
La pregunta podía parecer extraña si no se conocían las habilidades del Byakugan, por supuesto. Daruu activó su Doujutsu y se concentró, observando la puerta, tratando de discernir qué aspecto tenía el lugar por dentro.
—Lo mejor será que nos pongamos a pasear para ver si vemos algo que nos pueda ser de ayuda —había dicho Yota.
«Sí, desde luego. Puede que recorramos tres veces Sendoshi antes de que la encontremos, eso sí te lo digo.»
¡Pero bueno, parece ser que no fue así! Encontraron un lugar en un callejón apartado. Estaba decorado con musgo, setas y demás atrezzo de bosque encantado, y en la puerta el cartel rezaba:
Remedios y soluciones de la bruja Yama-uba
—Igual este sitio puede sernos de ayuda, ¿no? —dijo Yota.
—No sé, tío —contestó Daruu—. Ya te he dicho que no confío mucho en estas cosas. ¿Me dejas echar un vistazo por dentro antes?
La pregunta podía parecer extraña si no se conocían las habilidades del Byakugan, por supuesto. Daruu activó su Doujutsu y se concentró, observando la puerta, tratando de discernir qué aspecto tenía el lugar por dentro.