13/08/2017, 22:46
Shanise masticó su sandwich, frío y pastoso mientras iba echando miradas de reojo a la comida que Mogura iba sacando de los pergaminos. Afortunadamente —quién lo iba a decir, oh dios santo— Ayame volvió a interrumpir, y consiguió desviar su atención hacia la conversación.
—Pues... —meditó—. Unas horas nos quedan, desde luego. Y esa no sería la peor parte. Mucho me temo que aún nos queda más de un día y medio de camino hasta llegar a la Ciudad Fantasma. Como mucho, llegaríamos al Cementerio del Gobi al anochecer.
¡Joder, qué-puto-bien olía la comida de aquél-puto-genin!
—Y... no sé a vosotros, pero yo no duermo entre un montón de tumbas ni de coña. Vamos, es que ni de coña. —Shanise sintió un escalofrío—. De modo que, mucho me temo que tendremos que pasar la noche en Shinogi-to. Lamentablemente sólo es un poquito mejor que el Cementerio del Gobi. ¡JÁ!
—Pues... —meditó—. Unas horas nos quedan, desde luego. Y esa no sería la peor parte. Mucho me temo que aún nos queda más de un día y medio de camino hasta llegar a la Ciudad Fantasma. Como mucho, llegaríamos al Cementerio del Gobi al anochecer.
¡Joder, qué-puto-bien olía la comida de aquél-puto-genin!
—Y... no sé a vosotros, pero yo no duermo entre un montón de tumbas ni de coña. Vamos, es que ni de coña. —Shanise sintió un escalofrío—. De modo que, mucho me temo que tendremos que pasar la noche en Shinogi-to. Lamentablemente sólo es un poquito mejor que el Cementerio del Gobi. ¡JÁ!
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es