14/08/2017, 00:51
Yota contestó a su cinismo diciendo que a veces hay que creer en algo para crecer y seguir adelante. Daruu se encogió de hombros.
—Bueno, en mis objetivos creo, desde luego. Y quizás, si es que creo en alguna especie de dios, creo un poquito en Amenokami. Es el dios del País de la Tormenta —dijo.
Yota se internó en la casucha con valentía. Daruu siguió detrás, de brazos cruzados, siempre escéptico, pero con gran curiosidad inevitablemente.
«¿Ves, ves esa cara de sorpresa que tienes, Yota-kun? Ahora mismo podría decirte que mis ojos ven el futuro y empezar a cobrarte cincuenta ryos por visión.»
Aquella mujer era una anciana entrada en años que apenas podía sostenerse con el garrote. Eso lo había "visto" con el Byakugan de lejos, pero ahora que estaba allí, cerca de ella, y la escuchaba hablar... Ahora sí que estaba viéndolo de verdad.
Yota procedió a contarle lo que le había contado ya. La vieja, evidentemente, empezó a decirle lo que quería oír, y Yota respondió con entusiasmo. «Craso error, ya te tiene. Ahora te embaucará con una elaborada pero vaga respuesta...»
Pero Daruu prestó todo su interés al relato en cuanto escuchó "pizzería". ¿Había una pizzería en las MONTAÑAS? ¿Cuevas bendecidas por Rikudo? Con una... ¿Pizzería al lado? «En serio, la milonga de los muertos nos va a meter en un buen lío, pero una pizzería... ¿En las montañas? Suena a sitio que tengo que visitar.»
Daruu tomó la ficha de la vieja y se dio la vuelta refunfuñando algo sobre "ojos blanquitos tu puta madre", aunque eso sólo lo pudo oir Yota.
—He de admitir que algo me ha sorprendido —dijo Daruu—. Una pizzería tan lejos de la civiización y al lado de una cueva. Guau.
—Bueno, en mis objetivos creo, desde luego. Y quizás, si es que creo en alguna especie de dios, creo un poquito en Amenokami. Es el dios del País de la Tormenta —dijo.
Yota se internó en la casucha con valentía. Daruu siguió detrás, de brazos cruzados, siempre escéptico, pero con gran curiosidad inevitablemente.
«¿Ves, ves esa cara de sorpresa que tienes, Yota-kun? Ahora mismo podría decirte que mis ojos ven el futuro y empezar a cobrarte cincuenta ryos por visión.»
Aquella mujer era una anciana entrada en años que apenas podía sostenerse con el garrote. Eso lo había "visto" con el Byakugan de lejos, pero ahora que estaba allí, cerca de ella, y la escuchaba hablar... Ahora sí que estaba viéndolo de verdad.
Yota procedió a contarle lo que le había contado ya. La vieja, evidentemente, empezó a decirle lo que quería oír, y Yota respondió con entusiasmo. «Craso error, ya te tiene. Ahora te embaucará con una elaborada pero vaga respuesta...»
Pero Daruu prestó todo su interés al relato en cuanto escuchó "pizzería". ¿Había una pizzería en las MONTAÑAS? ¿Cuevas bendecidas por Rikudo? Con una... ¿Pizzería al lado? «En serio, la milonga de los muertos nos va a meter en un buen lío, pero una pizzería... ¿En las montañas? Suena a sitio que tengo que visitar.»
Daruu tomó la ficha de la vieja y se dio la vuelta refunfuñando algo sobre "ojos blanquitos tu puta madre", aunque eso sólo lo pudo oir Yota.
—He de admitir que algo me ha sorprendido —dijo Daruu—. Una pizzería tan lejos de la civiización y al lado de una cueva. Guau.