14/08/2017, 13:51
(Última modificación: 14/08/2017, 13:51 por Amedama Daruu.)
En la calle, algunas personas que cruzaban por delante de la casa de la bruja les dedicaron unas miradas cargadas de significado. Daruu bajó la mirada, totalmente avergonzado. «Yo, víctima de estas milongas, y ahora seré un hazmerreír...»
—Entonces, ¿hace una pizza? La verdad es que nunca las he probado pero he oído hablar bastante bien de ellas.
Daruu dio un paso atrás y se llevó una mano a la cabeza, en un gesto exagerado que no se correspondía absolutamente para nada con la situación.
—¿Que no... has probado una pizza en tu vida? —exclamó, horrorizado—. ¡Pero sí es lo más delicioso del planeta!
»¡Vamos! No hay tiempo que perder. Tienes que ver mundo, Yota-san.
Los muchachos caminaron en dirección al lugar que la vieja bruja les había indicado. Aunque el objetivo de Daruu a aquellas alturas era bien distinto al del kusajin.
—Entonces, ¿hace una pizza? La verdad es que nunca las he probado pero he oído hablar bastante bien de ellas.
Daruu dio un paso atrás y se llevó una mano a la cabeza, en un gesto exagerado que no se correspondía absolutamente para nada con la situación.
—¿Que no... has probado una pizza en tu vida? —exclamó, horrorizado—. ¡Pero sí es lo más delicioso del planeta!
»¡Vamos! No hay tiempo que perder. Tienes que ver mundo, Yota-san.
Los muchachos caminaron en dirección al lugar que la vieja bruja les había indicado. Aunque el objetivo de Daruu a aquellas alturas era bien distinto al del kusajin.