14/08/2017, 14:05
—¿Que no... has probado una pizza en tu vida? —exclamó, horrorizado—. ¡Pero sí es lo más delicioso del planeta!
»¡Vamos! No hay tiempo que perder. Tienes que ver mundo, Yota-san.
Hice una cara de circunstancias, por las palabras del amejin lo mío era una especie de sacrilegio. Un pecado capital. Yo qué sé, algo así.
— Esto... No, nunca. Ya va siendo hora de probarlas — dije para luego soltar una carcajada.
Acto seguido nos pusimos manos a la obra, saliendo de Sendoshi y enfilando el camino hasta la cordillera. Nos llevo un rato, sí. El suficiente para ir haciendo espacio en el estomago, abriendo su boca y hacer que aquella pizza entrase aún mejor. Si era la mitad de buena de lo que la gente decía aquella noche iba a cenar realmente bien. Lo que pasaría después... Solo Rikudo lo sabía.
— ¡Ahí está!
La noche no tardaría en adueñarse del lugar pero ahí estábamos, frente a aquella pizzeria. No era muy grande. Un pequeño local con unas pocas mesas y si Daruu hacia uso de su byakugan vería que tras las paredes que escondían la cocina, ¡Había un horno de leña! Estaban aislados de todo, desde luego, pero no eran unos aficionados pizzeros.
— Bueno, y... ¿Qué hay que pedir en una pizzeria, Daruu-san? — pregunté confuso. Realmente no sabía muy bien qué había que pedir y al parecer él dominaba del tema. su ayuda sería esencial en la decisión. Incluso viendo los cartelones encima de la pared que mostraban lo que servían, prefería que me guiase el gennin.
»¡Vamos! No hay tiempo que perder. Tienes que ver mundo, Yota-san.
Hice una cara de circunstancias, por las palabras del amejin lo mío era una especie de sacrilegio. Un pecado capital. Yo qué sé, algo así.
— Esto... No, nunca. Ya va siendo hora de probarlas — dije para luego soltar una carcajada.
Acto seguido nos pusimos manos a la obra, saliendo de Sendoshi y enfilando el camino hasta la cordillera. Nos llevo un rato, sí. El suficiente para ir haciendo espacio en el estomago, abriendo su boca y hacer que aquella pizza entrase aún mejor. Si era la mitad de buena de lo que la gente decía aquella noche iba a cenar realmente bien. Lo que pasaría después... Solo Rikudo lo sabía.
— ¡Ahí está!
La noche no tardaría en adueñarse del lugar pero ahí estábamos, frente a aquella pizzeria. No era muy grande. Un pequeño local con unas pocas mesas y si Daruu hacia uso de su byakugan vería que tras las paredes que escondían la cocina, ¡Había un horno de leña! Estaban aislados de todo, desde luego, pero no eran unos aficionados pizzeros.
— Bueno, y... ¿Qué hay que pedir en una pizzeria, Daruu-san? — pregunté confuso. Realmente no sabía muy bien qué había que pedir y al parecer él dominaba del tema. su ayuda sería esencial en la decisión. Incluso viendo los cartelones encima de la pared que mostraban lo que servían, prefería que me guiase el gennin.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa