14/08/2017, 16:24
Yota había pedido una cuatro quesos. «Buena elección, normalmente. Pero yo no me arriesgo». A Daruu no le hacía mucha gracia el queso azul, entre otros quesos fuertes, de modo que hasta que no estuviese completamente seguro que la pizza de cuatro quesos en cuestión no iba a llevarlo, no solía pedirlo.
Al cabo de un tiempo, el olor de la pizza invadió de nuevo su nariz. Eran las suyas, estaba seguro. Se giró a tiempo para ver cómo las traían, y como si fuera un robot con el blanco fijado no pudo evitar seguirlas con la mirada hasta que las depositaron frente a ellos.
—¡Gracias! Buen provecho, Yota. Verás, no te arrepentirás.
Cogió un trozo y le dio un bocado. Sabía a DIOSES.
—Y biemfff. —Tragó—. ¿Crees que lo del tablero va a funcionar? Yo sigo creyendo que es un cuento de uzureño distraído.
Al cabo de un tiempo, el olor de la pizza invadió de nuevo su nariz. Eran las suyas, estaba seguro. Se giró a tiempo para ver cómo las traían, y como si fuera un robot con el blanco fijado no pudo evitar seguirlas con la mirada hasta que las depositaron frente a ellos.
—¡Gracias! Buen provecho, Yota. Verás, no te arrepentirás.
Cogió un trozo y le dio un bocado. Sabía a DIOSES.
—Y biemfff. —Tragó—. ¿Crees que lo del tablero va a funcionar? Yo sigo creyendo que es un cuento de uzureño distraído.