15/08/2017, 11:39
Cuando el hombre se puso recto y cerró las tijeras que estaba utilizando, la joven pegó un respingo —de nuevo—, y lo miró fijamente, creyendo ver un brillo extraño en sus ojos, pero no le dio importancia ya que parecía ayudarles con su búsqueda de la mansión.
—No sé de qué misión estáis hablando, muchachos. Pero la señora Kanari-sama vive abajo[-/sub] —el jardinero señaló un tejado rojizo que se encontraba abajo del lugar, y prosiguió—[sub]. La distinguiréis enseguida, tiene el jardín repleto de pavos reales.
«¿Más pavos reales? ¿Pero qué le pasa a esta gente?»
Sin embargo, lo que vino a continuación fue un largo y pesado suspiro, habían subido hasta allí para nada más y nada menos que darse la vuelta otra vez y dirigirse a la casa de la mujer del encargo. Debería haber mirado los buzones.
—Muchas gracias señor, es usted muy amable.
Hizo una pequeña reverencia en señal de gratitud y luego tomó el brazo de Nabi para que la siguiese ahora a ella.
— Vamos Nabi-kun, volvamos; con suerte esto nos mantendrá caldeados mientras ayudamos a Kanari-sama —alegó con optimismo mientras adoptaba la forma de llamar a la mujer del jardinero, puesto que parecía de verdad muy importante.
Así que volvió a bajar las cuestas que habían subido en vano, intentando por todos los medios no caerse y tropezar ya que aunque quería bajar lo más rápido posible, no quería llegar al punto de tener que bajarlas rodando como una pelota. Sus morados ojos viajaban de una calle a la otra, intentando dar con la casa que el jardinero había indicado.
Con suerte llegaron de una pieza al lugar señalado: la gran mansión de tejas rojas y... Y un montón de graznidos provenientes de incontables pavos reales viviendo en un jardín. Vale que el jardín fuese terriblemente enorme y que allí podía vivir ella perfectamente sin necesidad de entrar en la casa pero... ¡Pero no estaba bien tener animales de esa manera cautivos! ¿Serían como tener perros? ¿Los sacarían a pasear?
Negó con la cabeza y se acercó a la casa con cautela, lo primero que hizo fue comprobar si la casa efectivamente era de la señora Kanari para luego, si lo era; proceder a llamar.
—¿Estás preparado, Nabi-kun? —preguntó a su compañero antes de hacer tal acción, por si acaso tenía algo que le preocupase.
—No sé de qué misión estáis hablando, muchachos. Pero la señora Kanari-sama vive abajo[-/sub] —el jardinero señaló un tejado rojizo que se encontraba abajo del lugar, y prosiguió—[sub]. La distinguiréis enseguida, tiene el jardín repleto de pavos reales.
«¿Más pavos reales? ¿Pero qué le pasa a esta gente?»
Sin embargo, lo que vino a continuación fue un largo y pesado suspiro, habían subido hasta allí para nada más y nada menos que darse la vuelta otra vez y dirigirse a la casa de la mujer del encargo. Debería haber mirado los buzones.
—Muchas gracias señor, es usted muy amable.
Hizo una pequeña reverencia en señal de gratitud y luego tomó el brazo de Nabi para que la siguiese ahora a ella.
— Vamos Nabi-kun, volvamos; con suerte esto nos mantendrá caldeados mientras ayudamos a Kanari-sama —alegó con optimismo mientras adoptaba la forma de llamar a la mujer del jardinero, puesto que parecía de verdad muy importante.
Así que volvió a bajar las cuestas que habían subido en vano, intentando por todos los medios no caerse y tropezar ya que aunque quería bajar lo más rápido posible, no quería llegar al punto de tener que bajarlas rodando como una pelota. Sus morados ojos viajaban de una calle a la otra, intentando dar con la casa que el jardinero había indicado.
Con suerte llegaron de una pieza al lugar señalado: la gran mansión de tejas rojas y... Y un montón de graznidos provenientes de incontables pavos reales viviendo en un jardín. Vale que el jardín fuese terriblemente enorme y que allí podía vivir ella perfectamente sin necesidad de entrar en la casa pero... ¡Pero no estaba bien tener animales de esa manera cautivos! ¿Serían como tener perros? ¿Los sacarían a pasear?
Negó con la cabeza y se acercó a la casa con cautela, lo primero que hizo fue comprobar si la casa efectivamente era de la señora Kanari para luego, si lo era; proceder a llamar.
—¿Estás preparado, Nabi-kun? —preguntó a su compañero antes de hacer tal acción, por si acaso tenía algo que le preocupase.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)