15/08/2017, 14:17
Poco le importó al mayor de los Uchiha la visible decepción que mostró Yakisoba en su rostro ante la negativa de compartir comida —otra vez— por parte de ambos gennin. «Antes me cuelgo de un pino que volver a pasar por esta mierda», se dijo para sí Akame.
Mientras el gordo Akimichi devoraba sus raciones y Akame tragaba como podía las insípidas galletas energéticas, Datsue hizo lo propio y trató, también, de comer algo. Acompañó el desayuno con una petición que a Akame le hubiese resultado del todo graciosa —y que habría rematado con unas carcajadas— si no estuviese a punto de vomitar la galleta que justo acababa de tragarse.
El jounin pareció hacer caso omiso de las palabras de Datsue, porque le ignoró abiertamente. En lugar de ello, adoptó un tono tranquilo pero que puso a Akame en guardia casi inconscientemente. «La puta madre, ¿a qué viene esa pregunta ahora? Maldición, ¿qué espera que le contestemos? ¿"Pienso que quedaste como un perdedor al ceder el sombrero y que toda esa maniobra de Gouna fue incluso más turbia que las tramas del psicópata de Zoku"?»
El Uchiha tosió varias veces, disimulando, para ganar algo de tiempo —y con suerte hacer que su compañero respondiese primero—. Como no cayó esa breva, al final se decidió por echar mano de su táctica más usada; la simplicidad.
—Uzumaki Gouna-sama parece una kunoichi fuerte y sin duda debe haber heredado la sabiduría de su madre... El hecho de que ella misma haya comenzado toda esta operación lo demuestra —agregó, y luego bajó la vista hacia sus asquerosas galletas energéticas.
Mientras el gordo Akimichi devoraba sus raciones y Akame tragaba como podía las insípidas galletas energéticas, Datsue hizo lo propio y trató, también, de comer algo. Acompañó el desayuno con una petición que a Akame le hubiese resultado del todo graciosa —y que habría rematado con unas carcajadas— si no estuviese a punto de vomitar la galleta que justo acababa de tragarse.
El jounin pareció hacer caso omiso de las palabras de Datsue, porque le ignoró abiertamente. En lugar de ello, adoptó un tono tranquilo pero que puso a Akame en guardia casi inconscientemente. «La puta madre, ¿a qué viene esa pregunta ahora? Maldición, ¿qué espera que le contestemos? ¿"Pienso que quedaste como un perdedor al ceder el sombrero y que toda esa maniobra de Gouna fue incluso más turbia que las tramas del psicópata de Zoku"?»
El Uchiha tosió varias veces, disimulando, para ganar algo de tiempo —y con suerte hacer que su compañero respondiese primero—. Como no cayó esa breva, al final se decidió por echar mano de su táctica más usada; la simplicidad.
—Uzumaki Gouna-sama parece una kunoichi fuerte y sin duda debe haber heredado la sabiduría de su madre... El hecho de que ella misma haya comenzado toda esta operación lo demuestra —agregó, y luego bajó la vista hacia sus asquerosas galletas energéticas.