10/07/2015, 16:34
La curiosa chica popu venía en busca de unas hierbas medicinales, acompañando a su madre, al parecer. Aunque resultó que al final, se cansó de buscar con su madre y terminó buscando un sitio alejado para descansar. Curiosidad de la vida que habían topado. No reparó en timidez mostrando una amplia sonrisa al concluir su aclaración, a lo cual el chico acompañó con una pequeña sonrisa también.
— Vaya, ya veo... jajajaja. —
El chico, tumbado boca arriba, observaba con parsimonia el cielo. La chica de cabellera casi cyan, hizo casi lo mismo. Al poco tiempo, el silencio se rompió de nuevo. La chica no tenía pensado parar de curiosear... Ahora preguntaba al rubio qué haría ademas de descansar. El rostro del Yotsuki mostró una clara incongruencia, no tenía pensado nada mas aparte de descansar. ¿Para qué si no habría viajado allí?
— Pues... la verdad, no tengo nada mas pensado. Vine para descansar, alejarme un poco del entrenamiento, y del mundo en sí... No creo que vaya a hacer mucho mas que ésto que hago ahora, comer, y tomar el té.... jajajaja. — Argumentó sin demora. — Son unas pequeñas vacaciones, así que lo propio es aprovecharlas. —
De nuevo, el chico retomó su posición sentada, y clavó sus orbes en los de la llamada Eri. Sin expresión de enfado u parecido.
— ¿Y tu? ¿Vienes a hacer algo mas aparte de acompañar a tu madre por esas hierbas? No estaría mal que disfrutaras un poco del sitio... en serio. Ésta arena no muerde. —
Con éstas palabras, el chico le dejó caer que también podía relajarse y tumbarse. Nada le iba a pasar en un sitio como ese. Además, empezaba a ponerle algo tenso con tanta pregunta... ésto parecía un interrogatorio tipo CIA. Quizás si se echaba un ratejo, la chica perdiese esos aires de policía secreta.
Sin previo aviso, el chico se dejó caer de nuevo hacia detrás. Nuevamente su espalda se regodeó en arena, a la par que su mirada enfocaba el infinito azul. El chico tomó aire, y lo dejó escapar de poco a poco.
— ¿Ves? —
— Vaya, ya veo... jajajaja. —
El chico, tumbado boca arriba, observaba con parsimonia el cielo. La chica de cabellera casi cyan, hizo casi lo mismo. Al poco tiempo, el silencio se rompió de nuevo. La chica no tenía pensado parar de curiosear... Ahora preguntaba al rubio qué haría ademas de descansar. El rostro del Yotsuki mostró una clara incongruencia, no tenía pensado nada mas aparte de descansar. ¿Para qué si no habría viajado allí?
— Pues... la verdad, no tengo nada mas pensado. Vine para descansar, alejarme un poco del entrenamiento, y del mundo en sí... No creo que vaya a hacer mucho mas que ésto que hago ahora, comer, y tomar el té.... jajajaja. — Argumentó sin demora. — Son unas pequeñas vacaciones, así que lo propio es aprovecharlas. —
De nuevo, el chico retomó su posición sentada, y clavó sus orbes en los de la llamada Eri. Sin expresión de enfado u parecido.
— ¿Y tu? ¿Vienes a hacer algo mas aparte de acompañar a tu madre por esas hierbas? No estaría mal que disfrutaras un poco del sitio... en serio. Ésta arena no muerde. —
Con éstas palabras, el chico le dejó caer que también podía relajarse y tumbarse. Nada le iba a pasar en un sitio como ese. Además, empezaba a ponerle algo tenso con tanta pregunta... ésto parecía un interrogatorio tipo CIA. Quizás si se echaba un ratejo, la chica perdiese esos aires de policía secreta.
Sin previo aviso, el chico se dejó caer de nuevo hacia detrás. Nuevamente su espalda se regodeó en arena, a la par que su mirada enfocaba el infinito azul. El chico tomó aire, y lo dejó escapar de poco a poco.
— ¿Ves? —