16/08/2017, 02:42
La mujer que atendía la barra no pudo evitar el que una leve risilla se le escapara de los labios al escuchar la reacción del muchacho de aspecto y reacciones inocentes. Pues de alguna forma aquel trió había conseguido que aquel oscuro ambiente se volviera un poco más agradable, lo cual era algo sumamente inusual en su trabajo.
Por un instante, todos se permitieron el relajarse, pero la suave voz de la encargada los trajo de vuelta al asunto presente:
—Bueno, chicos, parece que hasta aquí llega mi servicio esta noche —señalo, al ver como un par de sujetos de aspecto rudo entraban en la estancia—. Son unos chicos interesantes. Me gustaría desearles éxito en la consecución del trabajo…, aunque puede que eso sea lo que menos les convenga.
El joven de cabellos blancos no tuvo oportunidad de pediruna aclaratoria sobre aquel último y misterioso comentario, aquellos sujetos les llamaban con prisa.
Todos los aspirantes al misterioso trabajo dejaron sus actividades para ponerse en marcha. Un sujeto bajo y de porte elegante entro al salon y lo atravesó hasta ubicarse en una portezuela al lado contrario. Los dos matones se colocaron cual guardianes a cada lado, y los aspirantes esperaron por instrucciones.
—Por medio de este pasaje podrán llegar hasta el lugar de la entrevista —aseguro, mientras se tironeaba la barba pensativamente—. También nos servirá para separarlos según la utilidad que puedan tener.
Aquella portezuela daba hacia un espacio oscuro, pobremente iluminado por una trémula luz amarilla. Desde el lado en que ellos estaban daba la sensación de ser un sitio enorme, una enorme calle a oscuras, peligrosa y misteriosa. Aquel misterio era suficiente como para espantar a cualquiera…, a cualquiera que no estuviese dispuesto a enfrentarse a lo desconocido. Los aspirantes eran conscientes de que no podían dar marcha atrás luego de haber llegado hasta allí, por lo que solo les quedaba enfrentarse a aquella prueba… Ya fuese que se tratase de una prueba de valor, de habilidad… o de supervivencia.
“No está mal, después de todo la vida consiste en ponerse a prueba constantemente”.
Y con aquel pensamiento comenzó su caminar hacia la luz que lo esperaba en medio de la sombras, acompañado por muchos otros que tenían el mismo objetivo.
Por un instante, todos se permitieron el relajarse, pero la suave voz de la encargada los trajo de vuelta al asunto presente:
—Bueno, chicos, parece que hasta aquí llega mi servicio esta noche —señalo, al ver como un par de sujetos de aspecto rudo entraban en la estancia—. Son unos chicos interesantes. Me gustaría desearles éxito en la consecución del trabajo…, aunque puede que eso sea lo que menos les convenga.
El joven de cabellos blancos no tuvo oportunidad de pediruna aclaratoria sobre aquel último y misterioso comentario, aquellos sujetos les llamaban con prisa.
Todos los aspirantes al misterioso trabajo dejaron sus actividades para ponerse en marcha. Un sujeto bajo y de porte elegante entro al salon y lo atravesó hasta ubicarse en una portezuela al lado contrario. Los dos matones se colocaron cual guardianes a cada lado, y los aspirantes esperaron por instrucciones.
—Por medio de este pasaje podrán llegar hasta el lugar de la entrevista —aseguro, mientras se tironeaba la barba pensativamente—. También nos servirá para separarlos según la utilidad que puedan tener.
Aquella portezuela daba hacia un espacio oscuro, pobremente iluminado por una trémula luz amarilla. Desde el lado en que ellos estaban daba la sensación de ser un sitio enorme, una enorme calle a oscuras, peligrosa y misteriosa. Aquel misterio era suficiente como para espantar a cualquiera…, a cualquiera que no estuviese dispuesto a enfrentarse a lo desconocido. Los aspirantes eran conscientes de que no podían dar marcha atrás luego de haber llegado hasta allí, por lo que solo les quedaba enfrentarse a aquella prueba… Ya fuese que se tratase de una prueba de valor, de habilidad… o de supervivencia.
“No está mal, después de todo la vida consiste en ponerse a prueba constantemente”.
Y con aquel pensamiento comenzó su caminar hacia la luz que lo esperaba en medio de la sombras, acompañado por muchos otros que tenían el mismo objetivo.