21/08/2017, 23:45
Estaba pendiente del próximo movimiento del viejo, pues los bambués amarrados tenían un grosor bastante considerable incluso para el agudo filo de la katana promedio. "Joder, si no hace algo interesante en los próximos 5 minutos me largo de aquí." Cuando por fin tenía interés en el asunto, algo le hizo salir de concentración, algo parecido a un jodido pisotón en sus deditos.
—¡Argh!— Se quejó mientras trataba de retirar rápido su pie de debajo del calzado de su, ¿agresor?. —Hijo de la gran...— Masculló, pero justo en esos momentos pudo sentir cómo era el centro de las miradas, dónde todos loe miraban atónitos, o mejor dicho, indignados por la interrupción del joven Isa al alzar la voz. "Ah carajo, lo que me faltaba."
—Uhm, disculpa —musitó.
—¡Que te disculpe tu abuela!— Le volteó a ver con la boca torcida y el ojo fijo en él. "Ese pisotón fue demasiado duro cómo para creerle que fue un accidente. Ahora, la pregunta, ¿por qué carajos hizo eso? Por la bandana veo que es un ninja de Uzushiogakure, no sé que mierdas tendrá en la cabeza, que no le he hecho nada." Pero con su última actuación, sólo logró que el resto de gente siguiera observándole de forma reprobatoria. "Oh claro, cómo no, siempre me toca ser el malo del cuento. Pero esto no se quedará así." Empezó a maquinar algo.
—Alto ahí, jovencito. ¿Tienes algún problema, muchacho? Lo mínimo que exijo es respeto a mí y al dojo. Si deseas quedarte, guarda silencio, si no te agrada, puedes largarte. No permitiré escándalos aquí adentro. — Dijo el viejo samurai que se había frenado al notar el pequeño incidente, señalando con su mano a la puerta.
—Tch.— Chasqueó la lengua, volteando a ver al anciano. Si su padre llegaba a enterarse de qu elo echaron del sitio, se ganaría un sermón olímpico. —Perdone usted, señor.— Dijo, desviando la mirada al lado. "Yo no hice nada joder, no debería estarme disculpando si no tengo la culpa."
El maestro no dijo nada, simplemente se giró sobre sus talones, regresando al centro del tatami para proseguir con el espectáculo. "Ya he de encontrar la forma." Maquinaba mientras se dedicaba a ver el resto de la demostración.
El samurai recuperó su postura, mano en la empuñadura y centrado en las cañas. De pronto, hubo un sonido extraño, pero el genin no fue capaz de distinguir que pasó exactamente. "¿Qué demonios?" Podría jurar que hace no menos de un segundo la espada estaba guardada, pero no, el anciano la sostenía extendida. Luego, le dio la vuelta con un giro de la muñeca, y volvió a colocarla en su saya con cadencia exquisita.
—¿Huh?, !Woah!— Exclamó en el momento que se escucho chocar al tsuba con el tsuka, pues justo en ese instante, las cañas de bambú cayeron al suelo, partidas en dos. "Eso fue jodidamente rápido". Tenía que darle méritos.
—¡Argh!— Se quejó mientras trataba de retirar rápido su pie de debajo del calzado de su, ¿agresor?. —Hijo de la gran...— Masculló, pero justo en esos momentos pudo sentir cómo era el centro de las miradas, dónde todos loe miraban atónitos, o mejor dicho, indignados por la interrupción del joven Isa al alzar la voz. "Ah carajo, lo que me faltaba."
—Uhm, disculpa —musitó.
—¡Que te disculpe tu abuela!— Le volteó a ver con la boca torcida y el ojo fijo en él. "Ese pisotón fue demasiado duro cómo para creerle que fue un accidente. Ahora, la pregunta, ¿por qué carajos hizo eso? Por la bandana veo que es un ninja de Uzushiogakure, no sé que mierdas tendrá en la cabeza, que no le he hecho nada." Pero con su última actuación, sólo logró que el resto de gente siguiera observándole de forma reprobatoria. "Oh claro, cómo no, siempre me toca ser el malo del cuento. Pero esto no se quedará así." Empezó a maquinar algo.
—Alto ahí, jovencito. ¿Tienes algún problema, muchacho? Lo mínimo que exijo es respeto a mí y al dojo. Si deseas quedarte, guarda silencio, si no te agrada, puedes largarte. No permitiré escándalos aquí adentro. — Dijo el viejo samurai que se había frenado al notar el pequeño incidente, señalando con su mano a la puerta.
—Tch.— Chasqueó la lengua, volteando a ver al anciano. Si su padre llegaba a enterarse de qu elo echaron del sitio, se ganaría un sermón olímpico. —Perdone usted, señor.— Dijo, desviando la mirada al lado. "Yo no hice nada joder, no debería estarme disculpando si no tengo la culpa."
El maestro no dijo nada, simplemente se giró sobre sus talones, regresando al centro del tatami para proseguir con el espectáculo. "Ya he de encontrar la forma." Maquinaba mientras se dedicaba a ver el resto de la demostración.
El samurai recuperó su postura, mano en la empuñadura y centrado en las cañas. De pronto, hubo un sonido extraño, pero el genin no fue capaz de distinguir que pasó exactamente. "¿Qué demonios?" Podría jurar que hace no menos de un segundo la espada estaba guardada, pero no, el anciano la sostenía extendida. Luego, le dio la vuelta con un giro de la muñeca, y volvió a colocarla en su saya con cadencia exquisita.
—¿Huh?, !Woah!— Exclamó en el momento que se escucho chocar al tsuba con el tsuka, pues justo en ese instante, las cañas de bambú cayeron al suelo, partidas en dos. "Eso fue jodidamente rápido". Tenía que darle méritos.