22/08/2017, 03:23
Después de haber podido al fin liberar tensiones, solo le quedaba una tremenda duda en la cabeza a la pelirroja. ¿Quién era esa chica que bien le había interrumpido, y por qué? La susodicha Ayame, que casi había estropeado el momento, lo había hecho así por las buenas, como si la conociese de toda la vida o algo así. Pero, si nunca la había visto...
«Maldita sea mi memoria...»
La chica chasqueó la lengua —¡Tsk! —y crujió los nudillos. Su ceño, claramente fruncido, no miraba a nadie en concreto, pero sin duda no mostraba agrado. Su cabeza estaba hecha un lío, y no sabía ni cómo podía empezar a organizarla. Quizás, el truco estaba en no morir con tanta facilidad, en buscar las maneras de volverse mas fuerte, y no morir tanto... la gente normal no moría con tanta facilidad, ¿no?
La chica dejó caer un suspiro, y caminó de un lado a otro del tatami de piedra caliza mientras abría y cerraba continuamente los puños. Mantuvo los ojos cerrados por unos segundos, que casi llegaban al minuto, y entre tanto intentaba tomar una respiración calmada y abundante.
—Está bien, céntrate, y crea esa espada. —se dijo a si misma, con parsimonia y bajo tono.
Levantó el brazo en vertical a lo largo de su cuerpo, y en un gesto tosco y rápido lo estiró hacia su flanco. Rápidamente, unas decenas de papeles se desprendieron de su brazo, y formaron un fino estoque digno de un mosquetero. Realizó un giro brusco de muñeca, y siguió el movimiento con un gesto que implicaba por completo el brazo, haciendo que el estoque impactase contra el suelo.
Era de las pocas personas que había en los tatamis, el resto parecían entrenar para el torneo, aunque también había quien simplemente paseaba, o meramente expectaba. La pelirroja, liberaba un poco de tensión, después de todo, el torneo la traía un poco de los nervios en éstos momentos...
«Maldita sea mi memoria...»
La chica chasqueó la lengua —¡Tsk! —y crujió los nudillos. Su ceño, claramente fruncido, no miraba a nadie en concreto, pero sin duda no mostraba agrado. Su cabeza estaba hecha un lío, y no sabía ni cómo podía empezar a organizarla. Quizás, el truco estaba en no morir con tanta facilidad, en buscar las maneras de volverse mas fuerte, y no morir tanto... la gente normal no moría con tanta facilidad, ¿no?
La chica dejó caer un suspiro, y caminó de un lado a otro del tatami de piedra caliza mientras abría y cerraba continuamente los puños. Mantuvo los ojos cerrados por unos segundos, que casi llegaban al minuto, y entre tanto intentaba tomar una respiración calmada y abundante.
—Está bien, céntrate, y crea esa espada. —se dijo a si misma, con parsimonia y bajo tono.
Levantó el brazo en vertical a lo largo de su cuerpo, y en un gesto tosco y rápido lo estiró hacia su flanco. Rápidamente, unas decenas de papeles se desprendieron de su brazo, y formaron un fino estoque digno de un mosquetero. Realizó un giro brusco de muñeca, y siguió el movimiento con un gesto que implicaba por completo el brazo, haciendo que el estoque impactase contra el suelo.
Era de las pocas personas que había en los tatamis, el resto parecían entrenar para el torneo, aunque también había quien simplemente paseaba, o meramente expectaba. La pelirroja, liberaba un poco de tensión, después de todo, el torneo la traía un poco de los nervios en éstos momentos...
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)