22/08/2017, 16:59
La explosión generó una pequeña pantalla de humo entre ambos genin, mucho más densa entre medio de ambos, a unos tres o cuatro metros de su posición. Juro se mantuvo expectante, sin saber bien si le había dado o no. Aun así, el no escuchar un grito de dolor le hizo ver que no había ido bien del todo.
A la lejanía, se escuchó un sonido insistente. Era como una especie de zumbido, que cada vez se acercaba más y más...
Repentinamente, atravesando la polvareda, un shuriken gigante apareció, directo a golpear tanto a Juro como a su marioneta. No necesitaba ninguna indicación de que eso les iba a destrozar a ambos.
« MIERDA »
Juro soltó el control de la marioneta en el instante en que vio aquella cosa acercarse, a unos escasos metros de diferencia. Los hilos azules se desvanecieron de entre sus dedos, y el títere cayó al suelo, como un muñeco cualquiera, al que le habían arrebatado cualquier indicio de vida.
Entonces, dio una palmada. Levantó su mano derecha hacia el arma, que ya estaba a punto de alcanzarle.
— ¡Fūton: Reppūshō!
Un vendaval surgió a su alrededor, como una barrera defensiva hecha de puro viento. La marioneta quedó a sus pies, a salvo de la onda de viento que fue mandada al frente. El arma rebotaría contra el golpe de viento y se desestabilizaría por el golpe, cayendo a pocos metros de Juro, clavada por una de sus grandes puntas.
Juro respiró con fuerza. Tras desvanecerse la polvareda, pudo ver a no uno, sino dos rivales en frente suyo. Ambos lo miraban, expectantes.
« Tienes que seguir peleando, Juro. Tienes que seguir peleando »
Aun así, no pudo evitar mirar de reojo aquel arma tan grande. No solo podría haber partido por la mitad su marioneta, sino a él mismo. O Yota le tenía en muy alta estima, o estaba en serios apuros.
Juro se armó de valor e hizo algo impropio de un ninja. Lanzó el shuriken que Yota había clavado en su marioneta hacia minutos, y a ojos de todo el mundo, erró el tiro. Teniendo enfrente a sus dos rivales, Juro lo lanzó hacia su lado izquierdo; ni si quiera entre medio de ambos.
Pero no era un tiro fallido.
Calculando las distancias, Juro realizó un movimiento, con fuerza, con su dedo indice derecho. El shuriken entonces describiría unos movimientos que sería incapaz de realizar por él mismo: como un péndulo, realizó una parábola y cambió por entero su trayectoria. Siguiendo el dedo de Juro, atacó en paralelo a ambos Yota. Si el primero no resultaba ser el verdedero, el arma continuaría su trayectoria hasta tocar con algo sólido, dandole al segundo.
Si su rival se fijaba, podría ver el fino hilo de chakra azulado, similar al que usaba para controlar sus marionetas, que conectaba el arma que antes había sido suya con el dedo del marionetista.
A la lejanía, se escuchó un sonido insistente. Era como una especie de zumbido, que cada vez se acercaba más y más...
Repentinamente, atravesando la polvareda, un shuriken gigante apareció, directo a golpear tanto a Juro como a su marioneta. No necesitaba ninguna indicación de que eso les iba a destrozar a ambos.
« MIERDA »
Juro soltó el control de la marioneta en el instante en que vio aquella cosa acercarse, a unos escasos metros de diferencia. Los hilos azules se desvanecieron de entre sus dedos, y el títere cayó al suelo, como un muñeco cualquiera, al que le habían arrebatado cualquier indicio de vida.
Entonces, dio una palmada. Levantó su mano derecha hacia el arma, que ya estaba a punto de alcanzarle.
— ¡Fūton: Reppūshō!
Un vendaval surgió a su alrededor, como una barrera defensiva hecha de puro viento. La marioneta quedó a sus pies, a salvo de la onda de viento que fue mandada al frente. El arma rebotaría contra el golpe de viento y se desestabilizaría por el golpe, cayendo a pocos metros de Juro, clavada por una de sus grandes puntas.
Juro respiró con fuerza. Tras desvanecerse la polvareda, pudo ver a no uno, sino dos rivales en frente suyo. Ambos lo miraban, expectantes.
« Tienes que seguir peleando, Juro. Tienes que seguir peleando »
Aun así, no pudo evitar mirar de reojo aquel arma tan grande. No solo podría haber partido por la mitad su marioneta, sino a él mismo. O Yota le tenía en muy alta estima, o estaba en serios apuros.
Juro se armó de valor e hizo algo impropio de un ninja. Lanzó el shuriken que Yota había clavado en su marioneta hacia minutos, y a ojos de todo el mundo, erró el tiro. Teniendo enfrente a sus dos rivales, Juro lo lanzó hacia su lado izquierdo; ni si quiera entre medio de ambos.
Pero no era un tiro fallido.
Calculando las distancias, Juro realizó un movimiento, con fuerza, con su dedo indice derecho. El shuriken entonces describiría unos movimientos que sería incapaz de realizar por él mismo: como un péndulo, realizó una parábola y cambió por entero su trayectoria. Siguiendo el dedo de Juro, atacó en paralelo a ambos Yota. Si el primero no resultaba ser el verdedero, el arma continuaría su trayectoria hasta tocar con algo sólido, dandole al segundo.
Si su rival se fijaba, podría ver el fino hilo de chakra azulado, similar al que usaba para controlar sus marionetas, que conectaba el arma que antes había sido suya con el dedo del marionetista.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60