12/07/2015, 09:08
Que Nabi se refiriera a él como "el bueno" de los gemelos le causó bastante gracia. Y es que probablemente tenía razón al diferenciarlos de esa manera, aunque desconocía el cómo podía haber llegado a una conclusión de tal similitud. Fue así como llegó a suponer que su hermano habría tenido que cometer una de sus travesuras frente al chico de cabellos amarillos para que éste pensara que de los dos, él era el malo. Pero lo cierto es que esa diferenciación no era del todo errónea. Kota era un poco más tranquilo, centrado; la voz de la conciencia detrás de una mente agitada. Eso se reflejaba en una personalidad pasiva y paciente, que aunque era diferente a la de su hermano, de alguna forma les complementaba.
Después de todo, un dúo se trata de acción y reacción en partes iguales. Eso eran Yota y Kota.
—¿Cómo no te sabes las calles de nuestra aldea si tienes toda tu vida aquí? —preguntó él, confuso. De cualquier forma, pareció dejar pasar de largo la pregunta de Nabi sobre los motivos que le traían a ese lugar lo que dio paso a que éste volviera a hablar poco después, contándole que no hacía mucho que se había encontrado con su hermano —. Pues sí, casualmente también ando buscándole. Quedamos en vernos por aquí para entrenar, pero parece que no ha llegado... y no sé para qué me sorprendo, Yota es bien conocido por su impuntualidad —bromeó finalmente.
Kota daría un último vistazo a su alrededor y al no ver nada en lo absoluto, soltó un suspiro cansino y tomó asiento bajo una sombra, invitando a su acompañante a que no se molestara en estar parado. Puso sus manos sobre las piernas y reposó los brazos sobre ellas para luego volver a hablar.
—Y bien, ¿cómo te trata la vida de genin? —preguntó con curiosidad.
Después de todo, un dúo se trata de acción y reacción en partes iguales. Eso eran Yota y Kota.
—¿Cómo no te sabes las calles de nuestra aldea si tienes toda tu vida aquí? —preguntó él, confuso. De cualquier forma, pareció dejar pasar de largo la pregunta de Nabi sobre los motivos que le traían a ese lugar lo que dio paso a que éste volviera a hablar poco después, contándole que no hacía mucho que se había encontrado con su hermano —. Pues sí, casualmente también ando buscándole. Quedamos en vernos por aquí para entrenar, pero parece que no ha llegado... y no sé para qué me sorprendo, Yota es bien conocido por su impuntualidad —bromeó finalmente.
Kota daría un último vistazo a su alrededor y al no ver nada en lo absoluto, soltó un suspiro cansino y tomó asiento bajo una sombra, invitando a su acompañante a que no se molestara en estar parado. Puso sus manos sobre las piernas y reposó los brazos sobre ellas para luego volver a hablar.
—Y bien, ¿cómo te trata la vida de genin? —preguntó con curiosidad.