24/08/2017, 14:03
— Eso espero — murmuró, agotado —. Tú ahora cargas con toda Kusagakure. La promesa que me hiciste va también para ti. Como no llegues a la final, prometo que te envenenare mientras estés dormido. Y créeme, no será agradable.
Tuve que soltar un pequeña risilla pero el mamón tenía razón. Era el último kusajin en pie. Si alguien podía llevar hasta lo más alto en aquel torneo era yo. Ya fuese bajo milagro divino o por méritos propios, pero no había nadie más que pudiese hacerlo. Ya no quedaba ningún aspirante más de Kusagakure a parte de mí. Y la tarea nos ería fácil ni por asomo, cada vez el nivel aumentaba más y en la siguiente ronda me toparía con rivales que ya habían superado dos contrincantes. La cosa se ponía seria de narices.
— Eso haré, no lo dudes
Nuestros dedos se unieron, entrelazándose y olvidando los roces de la batalla. Ahora volvíamos a ser los compañeros de equipo y aldea de siempre.
— Vale, vale. Cuando venga a verte te traigo a Gen. Mientras tanto tendré que cuidar de ella
Los médicos entraron, el sello de la reconciliación fue deshecho y ya estaban cargando a Juro en una camilla, dirección al hospital para tratarle las heridas. Yo me eché a un lado, fue entonces cuando recogí el fuuma shuriken que se había quedado clavado en la madera del tatami, para colocarlo de nuevo en el cinto y después caminé hasta la marioneta de mi camarada, recogiéndola de tal manera que sus brazos colgaban por mis hombros hasta mi pecho, así podría transportarla mejor.
Ya solo me quedaba una cosa por hacer. Volvería a encarar al palco de los kages como hice al principio de la pelea e hice de nuevo una reverencia y entonces salí pro la puerta por la que había entrado. De esa manera, superé la segunda ronda. Una segunda ronda dura por muchos motivos...
Tuve que soltar un pequeña risilla pero el mamón tenía razón. Era el último kusajin en pie. Si alguien podía llevar hasta lo más alto en aquel torneo era yo. Ya fuese bajo milagro divino o por méritos propios, pero no había nadie más que pudiese hacerlo. Ya no quedaba ningún aspirante más de Kusagakure a parte de mí. Y la tarea nos ería fácil ni por asomo, cada vez el nivel aumentaba más y en la siguiente ronda me toparía con rivales que ya habían superado dos contrincantes. La cosa se ponía seria de narices.
— Eso haré, no lo dudes
Nuestros dedos se unieron, entrelazándose y olvidando los roces de la batalla. Ahora volvíamos a ser los compañeros de equipo y aldea de siempre.
— Vale, vale. Cuando venga a verte te traigo a Gen. Mientras tanto tendré que cuidar de ella
Los médicos entraron, el sello de la reconciliación fue deshecho y ya estaban cargando a Juro en una camilla, dirección al hospital para tratarle las heridas. Yo me eché a un lado, fue entonces cuando recogí el fuuma shuriken que se había quedado clavado en la madera del tatami, para colocarlo de nuevo en el cinto y después caminé hasta la marioneta de mi camarada, recogiéndola de tal manera que sus brazos colgaban por mis hombros hasta mi pecho, así podría transportarla mejor.
Ya solo me quedaba una cosa por hacer. Volvería a encarar al palco de los kages como hice al principio de la pelea e hice de nuevo una reverencia y entonces salí pro la puerta por la que había entrado. De esa manera, superé la segunda ronda. Una segunda ronda dura por muchos motivos...
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa