25/08/2017, 16:36
Los fogonazos que desprendía el astro rey se colaban por la ventana de la habitación y yo volvía de la ducha con la toalla anudada en la cintura, cubriendo mis extremidades inferiores, mientras con otra más pequeña iba secando mi rostro y mis cabellos, con especial cuidado de achicar el agua de mi preciada trenza...
—¡YOTA-KUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUN!
A alguien se le había ido la perola. Bueno, no es que se le hubiese ido, simplemente ya la había perdido. el grito venía del exterior y aunque ya era de día no es que fuese la mejor idea aquello de ponerse a chillar en mitad de la calle en una zona residencial.
«*¿De qué me suena esa voz?*»
Sí, me resultaba extrañamente familiar, pero no terminaba por caer de quién narices podría ser. En fin, la curiosidad me obligaría a salir a comprobarlo pero antes debía vestirme.
Daruu seguía aguardando en el exterior a la espera de que su grito alertase a su objetivo. Pero la cosa no salió tan bien como esperaría el de la lluvia. en vez de un muchacho rubio lo que vio aparecer de detrás de las puertas fue una anciana con la espalda realmente curvada, ayudada por su fiel bastón de madera oscura que además era bastante grueso. La vieja, que lucía un manto de canas que descendía por su espalda se fue acercando a paso lento al gennin hasta que se puso ante él, el amejin podría entrever sus dientes, o lo que quedaba de ellos. La vieja carraspeó un par de veces.
— ¿Cuál es tu problema, muchacho?
Alzó el brazo del bastón y lo deslizó hasta la cogotera del shinobi de ojos blancos.
— No vuelvas a molestar, extranjero. O me veré obligado a llamar a los guardias. Aquí somos gente tranquila
—¡YOTA-KUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUN!
A alguien se le había ido la perola. Bueno, no es que se le hubiese ido, simplemente ya la había perdido. el grito venía del exterior y aunque ya era de día no es que fuese la mejor idea aquello de ponerse a chillar en mitad de la calle en una zona residencial.
«*¿De qué me suena esa voz?*»
Sí, me resultaba extrañamente familiar, pero no terminaba por caer de quién narices podría ser. En fin, la curiosidad me obligaría a salir a comprobarlo pero antes debía vestirme.
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Daruu seguía aguardando en el exterior a la espera de que su grito alertase a su objetivo. Pero la cosa no salió tan bien como esperaría el de la lluvia. en vez de un muchacho rubio lo que vio aparecer de detrás de las puertas fue una anciana con la espalda realmente curvada, ayudada por su fiel bastón de madera oscura que además era bastante grueso. La vieja, que lucía un manto de canas que descendía por su espalda se fue acercando a paso lento al gennin hasta que se puso ante él, el amejin podría entrever sus dientes, o lo que quedaba de ellos. La vieja carraspeó un par de veces.
— ¿Cuál es tu problema, muchacho?
Alzó el brazo del bastón y lo deslizó hasta la cogotera del shinobi de ojos blancos.
— No vuelvas a molestar, extranjero. O me veré obligado a llamar a los guardias. Aquí somos gente tranquila
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
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