26/08/2017, 12:14
Yota se mostró expectante, y más tarde, receptivo. Aceptó la petición de Juro de ir a comer a un asad, aunque una duda mayor parecía rondarle.
— Vale, que sea un asado, pues. Por cierto, ¿Llevas algo de dinero encima? —
— Claro que llevo, no te haría pagar mi parte — murmuró, rascándose la nuca —. No soy tan cruel.
La verdad es que lo había pensado. Podría haberlo hecho — Yota seguramente se sentiría en deuda por el golpe —, pero era su amigo después de todo. No iba a obligarle a algo así.
Juro sonrió cuando Yota sacó un par de palillos que llevaban su comida favorita, envueltos en un plástico. Debía de haberlo supuesto. Después de todo, él había trabajado con Dangos en su primera misión. No es que le disgustasen — estaban buenos— , pero tampoco entendía el afán que tenía su compañero por ellos.
Finalmente, los dos comenzaron a caminar hacia la zona comercial. Yota se guió por su olfato, cual perro Inuzuka. Juro, en cambio, se fijó en los carteles. Ambos llegaron a la misma conclusión, y se detuvieron en un pequeño local que prometía esa comida. Juro asintió y ambos entraron. Uno de los camareros les arrastró hasta una mesa para ambos genin. Las mesas y las sillas eran de madera, y cada silla se acompañaba de una almohada. Juro se sentó casi sin dificultad
— Bueno, veamos que se nos ofrece en este sitio — dijo Yota, mientras examinaba la carta.
Juro hizo lo mismo. Ojeó las páginas del menú, viendo todo tipo de comidas, deteniendose en la que más le gustó: una imagen de una serie de trozos de carne asados a la brasa.
— Creo que pediré el yakiniku — murmuró Juro, pensativo —, de trozos de ternera. Y quizá un poco de arroz para acompañar. ¿Tú?
— Vale, que sea un asado, pues. Por cierto, ¿Llevas algo de dinero encima? —
— Claro que llevo, no te haría pagar mi parte — murmuró, rascándose la nuca —. No soy tan cruel.
La verdad es que lo había pensado. Podría haberlo hecho — Yota seguramente se sentiría en deuda por el golpe —, pero era su amigo después de todo. No iba a obligarle a algo así.
Juro sonrió cuando Yota sacó un par de palillos que llevaban su comida favorita, envueltos en un plástico. Debía de haberlo supuesto. Después de todo, él había trabajado con Dangos en su primera misión. No es que le disgustasen — estaban buenos— , pero tampoco entendía el afán que tenía su compañero por ellos.
Finalmente, los dos comenzaron a caminar hacia la zona comercial. Yota se guió por su olfato, cual perro Inuzuka. Juro, en cambio, se fijó en los carteles. Ambos llegaron a la misma conclusión, y se detuvieron en un pequeño local que prometía esa comida. Juro asintió y ambos entraron. Uno de los camareros les arrastró hasta una mesa para ambos genin. Las mesas y las sillas eran de madera, y cada silla se acompañaba de una almohada. Juro se sentó casi sin dificultad
— Bueno, veamos que se nos ofrece en este sitio — dijo Yota, mientras examinaba la carta.
Juro hizo lo mismo. Ojeó las páginas del menú, viendo todo tipo de comidas, deteniendose en la que más le gustó: una imagen de una serie de trozos de carne asados a la brasa.
— Creo que pediré el yakiniku — murmuró Juro, pensativo —, de trozos de ternera. Y quizá un poco de arroz para acompañar. ¿Tú?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60