26/08/2017, 13:42
Mientras que el chico no tenía ni idea de qué andaba hablando la pelirroja, la rubia reaccionó indiferente a lo que ésta había dicho. La de cabellera dorada afirmó conocerla, así como al llamado Hazegawa, y al verlos quiso acercarse a saludarlos. EL chico, por contra, si que tenía curiosidad en saber por qué iba a haber muerto, y sin embargo seguía viva. No era algo natural, iba contra toda regla humana. Sin demora, instó a la otra chica a que se sentase a su vera, palmando un par de veces el tatami a la par que lo solicitaba.
—¿No habéis escuchado por aquí sobre una pelirroja que es inmortal? —preguntó en respuesta, irónicamente. —Pues soy yo. Me he pasado unos cuantos días dándome publicidad, e incluso dejando que me atravesaran el corazón con una lanza para demostrarlo al público...
»Esperaba que al menos llegase a oídos de todos los que están por estas tierras.
Hazegawa intentó ayudar al problema de memoria de la pelirroja, sin saber realmente a qué podía deberse, salvo por lo poco que ésta había comentado. La solución era sencilla y eficaz, apuntar las cosas en un cuaderno, así después podría recordar las cosas. Estaba bien pensado, pero para su verdadero problema, no tenía eficacia... puesto que si perdía la memoria, sería al menos por un tramo de un año. Suficiente como para olvidar que apuntaba las cosas que no debía olvidar...
La rubia argumentó que posiblemente terminaría olvidando donde había dejado la libreta, dando paso a que Aiko se encogiese de hombros. —Si, seguramente terminaría así... igual, tengo toda la eternidad para aprender a memorizar las cosas importantes, o igual me aburro de todo... a saber.
El chico ofreció a Reika un dibujo para después, y ésta aceptó sin pensarlo dos veces. El chico parecía realmente un entusiasta del dibujo, pocos conocía que además de entrenar pudiesen dedicar el tiempo a una afición que ocupa tanto tiempo. Al menos, ocupa mucho tiempo a quienes quieren hacerlo bien, después de todo se dice que el dibujo es 90% práctica, y un 10% talento.
—¿No habéis escuchado por aquí sobre una pelirroja que es inmortal? —preguntó en respuesta, irónicamente. —Pues soy yo. Me he pasado unos cuantos días dándome publicidad, e incluso dejando que me atravesaran el corazón con una lanza para demostrarlo al público...
»Esperaba que al menos llegase a oídos de todos los que están por estas tierras.
Hazegawa intentó ayudar al problema de memoria de la pelirroja, sin saber realmente a qué podía deberse, salvo por lo poco que ésta había comentado. La solución era sencilla y eficaz, apuntar las cosas en un cuaderno, así después podría recordar las cosas. Estaba bien pensado, pero para su verdadero problema, no tenía eficacia... puesto que si perdía la memoria, sería al menos por un tramo de un año. Suficiente como para olvidar que apuntaba las cosas que no debía olvidar...
La rubia argumentó que posiblemente terminaría olvidando donde había dejado la libreta, dando paso a que Aiko se encogiese de hombros. —Si, seguramente terminaría así... igual, tengo toda la eternidad para aprender a memorizar las cosas importantes, o igual me aburro de todo... a saber.
El chico ofreció a Reika un dibujo para después, y ésta aceptó sin pensarlo dos veces. El chico parecía realmente un entusiasta del dibujo, pocos conocía que además de entrenar pudiesen dedicar el tiempo a una afición que ocupa tanto tiempo. Al menos, ocupa mucho tiempo a quienes quieren hacerlo bien, después de todo se dice que el dibujo es 90% práctica, y un 10% talento.