13/07/2015, 16:07
Eri despertó, sin embargo no quiso abrir los ojos una vez se sintió de nuevo con los pies en la tierra, aunque eso no podía ser literal, porque estaba tumbada en una playa. Volvió a sentir la brisa del mar, y de nuevo el sonido de las olas la inundó de nuevo. Pero algo la extrañaba, y es que en sus párpados tenía que sentir calor, o algo como... ¿Luz?
Entonces la joven de cabellos cian abrió los ojos, y se encontró con uno de los atardeceres más bonitos que había visto en su vida. El sol ya se estaba ocultando, y pequeñas lucecitas aparecían en el cielo de una forma vergonzosa, ya que era difícil poder divisarlas bien, sin embargo ahí estaban, y eso a Eri le encantaba.
''Si tan solo mamá pudiese ver este espectáculo.''
La joven, tras recordar a su madre se llevó una mano a la frente. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que estaba ahí? Su madre debería estar o bien preocupada, o bien cabreada porque su hija no la había ayudado nada en todo el día. Entonces se puso más nerviosa.
Se levantó, quedándose sentada sobre la arena donde había dormido. Algunos granos habían quedado en su cabello, que se revolvió para intentar quitarlos en vano, dejando varios mechones sobre su rostro, que intentó echar al lado resoplando. Luego de revolverse otra vez más se dio cuenta de que alguien reposaba a su derecha.
''¿Será...?''
Miró hacia el lugar, encontrándose al rubio de nuevo, pero esta vez tenía los ojos cerrados y su rostro mostraba paz. Sonrió ante tal escena y se olvidó de su preocupación por unos segundos. Pero ya era tarde, así que se levantó, dispuesta a marchar por donde había venido antes, pero justo en el momento de adentrarse entre los arbustos, miró de nuevo a Zuka.
''Debería decirle que es tarde... Al menos para que sepa qué hora es...''
La pequeña joven no quería molestarle de nuevo, pero tampoco quería que se quedase allí cuando anocheciese más. Aún siendo un ninja, estaba dormido en medio de una playa desierta... Una vez llegó a su lado, se arrodilló y tocó su hombro despacio, zarandeándole sin fuerza a penas.
-Zuka...-Susurró. -Zuka... Es tarde.
Entonces la joven de cabellos cian abrió los ojos, y se encontró con uno de los atardeceres más bonitos que había visto en su vida. El sol ya se estaba ocultando, y pequeñas lucecitas aparecían en el cielo de una forma vergonzosa, ya que era difícil poder divisarlas bien, sin embargo ahí estaban, y eso a Eri le encantaba.
''Si tan solo mamá pudiese ver este espectáculo.''
La joven, tras recordar a su madre se llevó una mano a la frente. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que estaba ahí? Su madre debería estar o bien preocupada, o bien cabreada porque su hija no la había ayudado nada en todo el día. Entonces se puso más nerviosa.
Se levantó, quedándose sentada sobre la arena donde había dormido. Algunos granos habían quedado en su cabello, que se revolvió para intentar quitarlos en vano, dejando varios mechones sobre su rostro, que intentó echar al lado resoplando. Luego de revolverse otra vez más se dio cuenta de que alguien reposaba a su derecha.
''¿Será...?''
Miró hacia el lugar, encontrándose al rubio de nuevo, pero esta vez tenía los ojos cerrados y su rostro mostraba paz. Sonrió ante tal escena y se olvidó de su preocupación por unos segundos. Pero ya era tarde, así que se levantó, dispuesta a marchar por donde había venido antes, pero justo en el momento de adentrarse entre los arbustos, miró de nuevo a Zuka.
''Debería decirle que es tarde... Al menos para que sepa qué hora es...''
La pequeña joven no quería molestarle de nuevo, pero tampoco quería que se quedase allí cuando anocheciese más. Aún siendo un ninja, estaba dormido en medio de una playa desierta... Una vez llegó a su lado, se arrodilló y tocó su hombro despacio, zarandeándole sin fuerza a penas.
-Zuka...-Susurró. -Zuka... Es tarde.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)