30/08/2017, 19:04
(Última modificación: 30/08/2017, 21:36 por Umikiba Kaido.)
—¿Qué tal si subimos a un árbol alto y buscamos una buena salida? —dijo Daigo, mientras observaba pacientemente a su alrededor, a fin de encontrar el árbol más alto que tuviese cerca suyo. Le habrá bastado un par de segundos para dar con el indicado: una corteza fuerte y amplia, que se erguía imponente al lado de sus árboles hermanos como el mayor de todos ellos. Su copa sobresalía por encima del pequeño bosque que rodeaba el lago partido—. Voy a ver, solo será un segundo.
Así pues, diligente y sin ánimos de ser alcanzado por la horda de maleantes, el Kusajin y el Amejin invadieron sus pies de una fina capa de chakra con la que tendrían la capacidad de escalar el tronco. Y así lo hicieron, sin ningún inconveniente, hasta llegar a lo más alto del mismo.
Desde ahí arriba, Daigo pudo ver buena parte del Valle, teniendo a su derecha más lejana lo que parecía ser el coliseo en donde se había suscitado la primera ronda del torneo. Hacia el frente, Sendoshi, y caminos varios que llevarían probablemente hasta Nishinoya. Calcularía unos 200 metros desde su posición hasta la salida del bosque, aproximadamente.
Keisuke, sin embargo, tenía demasiadas ramas alrededor como para poder comprobar nada.
Habiendo cumplido con su tarea, y si decidía bajar tan pronto como tuviese la certeza de hacia dónde tenían que caminar, Daigo descendería del imponente árbol para reencontrarse con Kaido, que aguardaba pacientemente por ambos. Sin embargo, cuando pisó tierra firme, se daría cuenta de que nadie, absolutamente nadie, le estaría esperando.
No había rastro de Kaido, ni tampoco de Keisuke.
Cuando Keisuke hubiese bajado después de darse cuenta de que había escogido un árbol con altura insuficiente, se encontraría con Kaido.
—Joder: ¿por qué tardan tanto? —comentó, visiblemente nervioso—. ¿Y Daigo-kun?
Así pues, diligente y sin ánimos de ser alcanzado por la horda de maleantes, el Kusajin y el Amejin invadieron sus pies de una fina capa de chakra con la que tendrían la capacidad de escalar el tronco. Y así lo hicieron, sin ningún inconveniente, hasta llegar a lo más alto del mismo.
Desde ahí arriba, Daigo pudo ver buena parte del Valle, teniendo a su derecha más lejana lo que parecía ser el coliseo en donde se había suscitado la primera ronda del torneo. Hacia el frente, Sendoshi, y caminos varios que llevarían probablemente hasta Nishinoya. Calcularía unos 200 metros desde su posición hasta la salida del bosque, aproximadamente.
Keisuke, sin embargo, tenía demasiadas ramas alrededor como para poder comprobar nada.
Habiendo cumplido con su tarea, y si decidía bajar tan pronto como tuviese la certeza de hacia dónde tenían que caminar, Daigo descendería del imponente árbol para reencontrarse con Kaido, que aguardaba pacientemente por ambos. Sin embargo, cuando pisó tierra firme, se daría cuenta de que nadie, absolutamente nadie, le estaría esperando.
No había rastro de Kaido, ni tampoco de Keisuke.
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Cuando Keisuke hubiese bajado después de darse cuenta de que había escogido un árbol con altura insuficiente, se encontraría con Kaido.
—Joder: ¿por qué tardan tanto? —comentó, visiblemente nervioso—. ¿Y Daigo-kun?